En tiempos donde hay un tráfago de noticias muy grande, muchas insustanciales, resulta estimulante comentar los progresos que alcanzan personas con discapacidad en distintos órdenes del mundo socio-laboral.
Como el efecto positivo que transmite que alumnos de 5to y 6to año, de la Asociación para la Rehabilitación Infantil Down (Aprid), realicen sus prácticas profesionales en el Comedor Universitario y en el Laboratorio de la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria (FCAI) de San Rafael.
A través de un convenio entre las secretarías de Bienestar, Extensión y Vinculación de la UNCuyo, junto a la Secretaría de Vinculación de FCAI y la Asociación Para la Rehabilitación Infantil Down, estudiantes y egresados que sobrellevan ese trastorno genético, pueden concretar a partir de ahora prácticas profesionales propuestas por el establecimiento educativo. Esas tareas las efectuarán en el comedor universitario de San Rafael, y consistirán en el de expendio de los almuerzos y en el laboratorio de la FCAI, en la elaboración, fraccionamiento y etiquetado de alcohol en gel.
Felizmente, este tipo de acciones se observa cada vez más en distintos ámbitos de la sociedad, bancos, empresas públicas y privadas, aunque siempre quedan sectores donde resulte necesario producir cambios como el descripto.
Los empleos para personas con discapacidad son una respuesta a las demandas de los interesados y de sus familias, que sufren la angustia de no poder brindarles todas las atenciones necesarias. Es una manera concreta de cubrir el vacío que existe entre el proceso de integración llevada a cabo desde los centros educativos y la integración laboral.
Una legisladora, María José Sanz, ha propuesto que la Cámara de Diputados provincial distinga a los alumnos de la Asociación conocida por la sigla Aprid, por sus tareas en los dos ámbitos universitarios.
También vale merituar la gestión de la Secretaría de Bienestar Universitario de la UNCuyo que realizó un relevamiento sobre accesibilidad física de los espacios propios disponibles para personas con discapacidad o impedimentos transitorios de movilidad. El mismo estuvo a cargo de personal de Bienestar y 25 estudiantes seleccionados, priorizando entre las personas que se postularon aquellas con discapacidad y/o de la carrera de arquitectura de la UNCuyo. Antes, los encuestadores fueron capacitados en conceptos básicos sobre accesibilidad universal.
Los lugares a relevar se dividieron en tres niveles según los servicios que se brindan: básicos, recreación/deporte y turismo. Como servicios básicos (comedor, becas, salud, residencias y jardines maternales) se inspeccionaron los edificios de los tres comedores universitarios (sedes Centro Universitario, San Rafael y Ciencias Agrarias), y varias dependencias más.
En el segundo nivel, recreación/deporte, se relevaron las canchas, gimnasios, espacios verdes, piletas, oficinas, senderos y bufetes y se pasó revista a los servicios de turismo, camping y sitios afines.
Es muy valioso lo que ha hecho esta dependencia universitaria y no desentonaría que otros organismos del Estado y de la actividad privada, tomaran este formato de realización y lo adaptaran a sus realidades.
En síntesis, aunque se han dado mejoras en las respuestas de accesibilidad física para las personas que las necesitan, queda mucho por hacer en materia de paradas de colectivos y estacionamientos, para seguir por ingresos, recorridos habituales, baños accesibles, puntos de atención al público, existencia de rampas, mostradores de atención, y los desplazamientos en la vía pública.
