Doscientas ocho muertes por accidentes de tránsito: ¿quiénes son los culpables del gran número? Sin duda las autoridades viales y de tránsito, por su pasividad y por no darse cuenta de que todas las campañas de concientización han fracasado. Quien critica debe aportar posibles respuestas para solucionar en gran parte el problema; eso haré.
Si hemos importado Halloween, importemos hechos más importantes, como que en Chile confeccionan un parte a un juez en actividad si éste no muestra su credencial, o que Niki Lauda está tomando clases de manejo en una academia policial de EEUU por un costo de 28.000 dólares.
Al infractor se lo debe sancionar primero y luego averiguar si es funcionario, de apellido hasta ahora intocable, o plomero.
Por suerte los agentes coimeros son una ínfima minoría; el resto debe contar con leyes que le permitan actuar (si las leyes contundentes aún no existen, deberían ser sancionadas en carácter de urgente) y el respaldo incondicional de sus superiores, para que no se repita el caso de hace muchos años, cuando a un motorista morocho, conocido como “Copa de leche”, lo trasladaron al lejano sur provincial por haberle confeccionado parte a una “Señora”.
Los controles deberían realizarse no solamente en rutas sino también en calles de barrios que muchos conductores confunden con autopistas.
Es fundamental que en un puesto de control no esté el coche policial con las luces intermitentes encendidas, porque son detectados desde 1.000 metros.
Sería muy efectivo, más que nada en las rutas, instalar en forma alternada otro puesto de control a 3.000 metros del primero.
Comprobado está desde hace miles de años que el hombre es hijo del rigor. Por lo tanto, cuando no surte efecto el chirlito en la cola hay que pegar en la nuca.
Las autoridades competentes deben decidir si prefieren incrementar la recaudación confeccionando más partes o reventar el forúnculo que significa el tránsito en Mendoza.
Santos Isgró
DNI 6.898.411
