Existe un hecho incontrastable: el crecimiento del parque automotor ha sido muchísimo más importante que las obras viales que se construyen para agilizar el tránsito. En ese marco, a cualquier hora del día -pero esencialmente en las cercanas al ingreso y egreso de los escolares, de la administración pública o de la actividad bancaria- las rutas de ingreso a la ciudad se muestran colapsadas por los miles de vehículos que circulan por las mismas.
Con “embudos” ciertamente preocupantes, como el que se produce en el nudo vial que une al Acceso Este con la Costanera y, en el caso del egreso y de la salida en la circulación hacia el Este, en el que existe frente al Mendoza Plaza Shopping, donde la ruta pasa de tres a dos carriles de circulación, convirtiéndose en el lugar donde más accidentes se producen, de acuerdo con los estudios.
Los datos son más que elocuentes. Según las autoridades de Vialidad nacional, sólo en el acceso Este circula un tránsito diario medio anual de entre 60 y 70 mil automóviles, aunque, vale la advertencia, situaciones similares se viven en los accesos Sur y Norte.
En el caso de la ruta que une a la Capital con los departamentos ubicados hacia el sur provincial, ya se está hablando de la posibilidad de construir una tercera vía de circulación, lo que permitiría aliviar el intenso tránsito actual.
De todos modos, además de esa importante obra vial -en caso de concretarse- valdría establecer otro tipo de medidas, como por ejemplo una acción más continuada y severa por parte de las autoridades policiales a los efectos de evitar el accionar de automovilistas irresponsables que, o bien por exceso de velocidad o por maniobras inadecuadas, generan accidentes que ponen en peligro tanto su vida como la de los demás.
Otro aspecto a considerar se centra en la posibilidad, anunciada días pasados por un funcionario provincial, de construir un anillo de circunvalación que una al acceso Sur con el Norte, a través de calle Mitre, en Guaymallén. Un primer paso interesante está dado con la repavimentación de esa arteria entre Bandera de los Andes y Godoy Cruz, pero queda muchísimo por hacer.
En el caso del Acceso Este, del que se ocupó nuestro diario, el angostamiento repentino de las vías de circulación en dirección al Este, frente al Shopping, determina no sólo un llamado de atención, sino que exige que las autoridades se ocupen en forma urgente en la búsqueda de una solución. Se realizaron en el primer tramo del acceso obras importantes, ampliando de dos a tres y cuatro carriles, lo que facilita enormemente el tránsito hacia el oeste.
Sin embargo, esas mismas obras no tuvieron en cuenta el peligro latente que se genera cuando los automóviles se dirigen hacia el este. Se conforma un verdadero “embudo” imposible de evitar. Más aún cuando, a pesar de ser una avenida “urbana” que exige velocidades no superiores a los 40 ó 70 kilómetros por hora, sabido es que ese límite no se respeta y en la gran mayoría de los casos la circulación supera los 100 kilómetros horarios.
Si bien es cierto que la mayor responsabilidad en el caso de los accidentes les cabe a los conductores, no es menos real que quedan medidas por adoptar por parte de las autoridades. Las cifras de accidentes producidos en la zona son por demás preocupantes, con sus lamentables consecuencias.