El balance de víctimas del accidente del martes en una mina del oeste de Turquía subió a 245 muertos mientras disminuye la esperanza de encontrar vivos a los 120 mineros todavía atrapados bajo tierra.
"El número de personas que perdieron la vida es de 245", anunció el ministro turco de Energía, Taner Yildiz.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, había dado antes un balance de 238 muertos, después de haberse trasladado hasta el lugar del accidente, en Soma (oeste, provincia de Manisa).
Erdogan prometió una investigación oficial sobre el accidente, una de las catástrofes industriales más graves en la historia de Turquía. El jefe de gobierno estimó que unos 120 mineros siguen atrapados en las galerías de la mina, con pocas posibilidades de sobrevivir.
Erdogan, que decretó un duelo nacional de tres días, rechazó en declaraciones en la alcaldía de Soma cualquier responsabilidad de su gobierno, acusado de descuidar la seguridad en la industria minera, y afirmó que "los accidentes de trabajo ocurren en todo el mundo".
Varias decenas de habitantes enfadados abuchearon a Erdogan, algunos de ellos gritaban "¡Gobierno, renuncia!". Los manifestantes dieron patadas al vehículo en el que se encontraba el primer ministro, según la agencia de prensa Dogan.
El drama dio también lugar a manifestaciones de estudiantes en Ankara y Estambul, que fueron dispersadas por la policía con gases lacrimógenos.
"La esperanza de encontrar sobrevivientes en la mina se desvanece, pero vamos a continuar hasta el final", dijo el miércoles en Soma el ministro de Energía y Recursos Naturales, Taner Yildiz.
Poco antes, Yildiz dijo que 363 mineros habían podido ser rescatados.
En total, 787 trabajadores se encontraban en la mina en el momento de la explosión, que se produjo en la tarde del martes debido, al parecer, a una falla eléctrica en un transformador.
La oposición acusó el miércoles de negligencia al gobierno y los dirigentes sindicales exigieron la dimisión de los ministros de Trabajo y Energía.
Hace tres semana el parlamento, donde el gobierno tiene mayoría, rechazó tres mociones de la oposición para crear una comisión que investigue las condiciones de seguridad en las minas.
"Fase crítica"
El ministerio turco de Trabajo y Seguridad Social afirmó que la mina fue inspeccionada por última vez el 17 de marzo pasado y que respetaba las normas en vigor.
"Si ha habido alguna negligencia, no vamos a hacer la vista gorda. Haremos todo lo necesario, incluido tomar medidas administrativas y legales", dijo el ministro de Energía.
Por su parte, la fiscalía de la región puso en marcha una investigación judicial sobre el accidente.
"Estamos entrando en una fase crítica. A medida que el tiempo pasa, nos dirigimos muy rápidamente hacia un desenlace desfavorable", advirtió Yildiz, que dio parte de 80 heridos entre los rescatados, cuatro de ellos graves.
El miércoles cientos de socorristas seguían trabajando frenéticamente para rescatar a los mineros. Durante la mañana sólo una decena lograron ser extraídos del socavón, la mayoría de ellos muertos, salvo uno que llevaba una máscara de oxígeno.
A su alrededor, cientos de colegas y familiares esperaban angustiados noticias de sus allegados.
"Estoy esperando noticias de mi hijo", declaró una mujer de unos 50 años, Sena Isbiler. "No tengo ninguna información y sigue sin salir", explicó.
"No hay ninguna seguridad en esta mina. Los sindicatos no son más que marionetas y la dirección sólo piensa en el dinero", aseguró por su parte uno de los mineros, Oktay Berrin.
"Hay gente que está muriendo ahí dentro, heridos, y todo eso por una cuestión de dinero", añadió muy enfadado, a su lado, uno de sus colegas, Turgut Sidal.
Vedat Didari, especialista de la industria minera, explicó que el principal riesgo es la falta de oxígeno. "Si los ventiladores no funcionan, los mineros pueden morir en una hora", dijo Didari, de la Universidad Bulent Ecevit de Zonguldak.
Las explosiones en las minas de carbón son comunes en Turquía, principalmente en el sector privado, donde, a menudo no se respetan las reglas de seguridad.
El distrito de Soma, que tiene alrededor de 100.000 habitantes, es uno de los principales centros del país de extracción de lignito (carbón fósil), la principal actividad de la región.
Varios mandatarios han presentado sus condolencias a Turquía, entre ellos el presidente francés François Hollande y la canciller alemana Angela Merkel.