Un accidente casi lo mata y ahora ofrece charlas en Tupungato

Julián Suraci quedo cuadripléjico y hoy recorre el país con charlas motivacionales.

Un accidente casi lo mata     y ahora ofrece charlas en Tupungato

Julián Suraci no niega que hubo veces en que pensó “no seguir”, pero agrega: “Siempre estaban mis amigos, mis viejos, mi familia y no podía darles ese dolor”.

A los 21 años (ahora tiene 30), sufrió un grave accidente que lo dejó cuadripléjico y en sillas de ruedas. Entonces, como ahora, apostó a la vida.

Terminó la carrera de Contador Público en la UNCuyo, volvió a practicar deportes y a retomar su vida con amigos. Pero, asegura que cambió su mirada sobre el futuro. En lugar de abrazar los balances y resúmenes de cuenta, hoy recorre el país dando charlas motivacionales a jóvenes y adultos.

“Te arrepentiste de subir a aquella camioneta” (en referencia a la Suzuki Grand Vittara donde casi pierde la vida), preguntó tímidamente una alumna de entre el copioso grupo de adolescentes tupungatinos, que escuchaban atentos su relato en el hotel Turismo de Tupungato.

“No me arrepiento”, respondió Julián, “si no hoy no estaría acá con ustedes y ustedes tendrían que estar en la escuela tomando clases”, dijo y todos rieron.

En la voz de Julián, los largos meses de internación, los años de tratamiento, el aprender de cero la mayoría de las habilidades que ya tenía, los enormes desafíos que enfrentó... parecen sencillos. Es que su objetivo no es victimizarse, sino “mostrar que se puede”, mientras les dice a los chicos: “todos los días uno toma la decisión de seguir y es una decisión que nadie más va a tomar por ustedes”.

Las charlas de Julián fueron la manera que eligió la comuna de Tupungato, para iniciar el mes estudiantil. “Su testimonio es muy movilizador y maneja el mismo lenguaje de los chicos”, expuso Mariángeles Olmedo, del área de Gestión, quien señaló que han priorizado los sitios y escuelas de Tupungato donde las problemáticas adolescentes son más preocupantes, sobre todo el suicidio.

Historia de vida

El 31 de enero de 2008, Suraci quedó cuadripléjico por las lesiones que sufrió en el vuelco que se produjo en los baños de Talacasto, camino hacia Calingasta. Estaba vacacionando en Chile con su gente y se vino anticipadamente con una familia amiga, porque quería sacar una materia de la carrera de Contador de la UNCuyo.

“Lo peor que me podía pasar era no poder jugar más al fútbol”, les cuenta a los chicos y refuerza, “todos los días practicaba”. Después, señala que hoy juega tenis de mesa, que sigue saliendo con sus amigos, que maneja un auto adaptado, que se recibió de Contador con la paciencia de un orfebre porque no podía con sus manos hacer los cálculos de álgebra en la pizarra. En los videos que comparte durante la charla, se lo ve hasta haciendo paracaidismo.

“Aprendí que los límites no existen, los crea uno. Que para caminar, no hacen falta piernas”, asegura. Uno de sus amigos le insinuó que estaba bueno que compartiera su experiencia y en 2015 dio la primera charla en su escuela de San Juan.

Desde entonces, no paró y dice que sus padres y hermanos lo siguen “en todas las locuras”.

“Cómo hace para salir a bailar, cómo están las personas que iban con él, si alguna vez pensó en suicidarse”, son las preguntas que más repiten los adolescentes y, con una gran sonrisa, Julián les asegura que siempre “sale el sol” y que el único camino para cumplir los sueños es “actuar”.

Sin proponérselo ni pensarlo, Julián resultó ser un gran orador. Habla del tránsito, de ser responsables, de la vida... y los chicos escuchan atentos, después hacen fila para sacarse una foto con su nuevo amigo. Hasta Marcelo Tinelli se emocionó y rescató su historia de lucha.

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