Acceso Este-Lateral Sur, cuna de artistas

La autora nos lleva a los días de su infancia, adolescencia y juventud junto a sus amigos-vecinos en Dorrego y en la escuela José Martí.

Acceso Este-Lateral Sur, cuna de artistas

Lindos recuerdos tengo de mi barrio de la infancia, donde me crié y viví hasta los 23 años. Y ¿quién no recuerda con cariño al barrio que lo vio nacer? Avenida de Acceso Este 1151, Lateral Sur, Dorrego, Guaymallén, más que un barrio era una calle con vista al maremoto de autos que pasaban sin cesar, al que mirábamos horas hipnotizados, imaginando a qué lugar del mundo viajarían todas esas personas.

Crecí en una familia de cinco hermanos, todos seguiditos con diferencia de un año cada uno, y con nuestros vecinos y hermanos del alma “Los Jereb”, también cinco hermanos (después llegó la sexta, Paulita). Con ellos recorrimos todos los rincones de la zona, en bicicleta, caminando, carnavaleando con bombitas y baldazos de agua.

Juntos, con nuestros vecinos , concurríamos a la escuela José Martí, ubicada en un costado de Dorrego, entre Adolfo Calle y lateral de Acceso Sur, por aquel entonces, una escuela muy humilde, pero con grandiosos maestros, dispuestos a entregar todos sus conocimientos más allá de los programas curriculares. Siempre me llamó la atención, que desde una escuela tan humilde, salieran tantas personas destacadas, en el Arte, hacedores y directores de la fiesta de la Vendimia, escritores, poetas...

“Cultivo una rosa blanca  / En julio como en enero, / Para el amigo sincero, / Que me da su mano franca, / Y para aquel que me arranca / El corazón con que vivo / Cardos ni ortigas cultivo, / Cultivo una rosa blanca.”... Ése es uno de los poemas que nos quedaron grabados en los recuerdos de nuestro paso por la José Martí. Sin duda, mi primaria fue una gran impulsora al mundo del arte.

Buenos momentos

Mi familia ya tenía su arraigo a estos pagos: mi mamá Marisol, una andaluza que llegó muy jovencita a vivir a la calle Zapiola de Dorrego; mi papá, comenzó a ejercer la medicina en el barrio que lo vio crecer (San José), y mi tío -el padre Contreras- empezó como cura párroco en el barrio Santa Elvira, también de Guaymallén.

Después desprendieron muchas historias que pasaron por mi casa, mucha música, muchos amigos, los Ananá Split, los Alcohol Etílico, los Berps, los Simpecao (obvio) fueron muchos amigos artistas con los que pude compartir buenos momentos en la casa de mis padres.

El primer escenario

Y volviendo a mi calle, una larga calle sin vecinos en la vereda del frente, sólo los autos que nunca dejaban de pasar. Y en el centro de la larguísima calle, los Jereb y los Contreras. A mi izquierda el boliche Bizancio,y a dos casas a la derecha la parrillada Tristán Barraza.

Cuando éramos pequeños, nos gustaba mirar desde un costado, cuando la gente cenaba. Como animador de la noche trabajaba el cantante y acordeonista “Oscar Divito”, quien todas las noches de verano cerraba su show convocando a la “familia Miranda” a cantar. La familia Miranda éramos nosotros, la bandada de niños vecinos, que pasábamos al escenario a cantar “La Gallina Turuleca” o algún otro hit. Ése sí fue el primer escenario que me vio cantar.

Al final de esa larga calle estaba y está la parrillada Don Mario. Muy hermosos son los recuerdos de la infancia en mi querido Guaymallén. Hoy, la bella casa de mis padres no existe, la compró una familia de gitanos poderosos y ya dueños de la mitad de la cuadra. La derribaron para construir algún edificio seguramente, ya que era un gran terreno con mucho jardín. Así que un ¡‘ole’ para los gitanillos de Dorrego! Y un fuertísimo abrazo para todos los habitantes de mi amado Guaymallén.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA