Las nuevas tecnologías son, en muchos casos, una buena herramienta para poder probar delitos de todo tipo y, sobre todo, los sexuales que algunos agresores suelen guardar para ellos y, en algunos casos, para comercializarlos o compartirlos con otros consumidores de pornografía.
Éste es el caso de un estudiante universitario que fue enviado a la cárcel luego de ser imputado por abuso sexual y corrupción de menores.
El detenido -un joven oriundo de Malargüe- filmó y fotografió cuando abusaba del sobrino de un amigo en la casa que ambos compartían, en Capital, con otros estudiantes del mismo departamento del Sur provincial.
Por este caso se investiga ahora si el agresor ha subido el video o las fotos a alguna página de Internet.
La violación y el registro de la misma se produjo en las últimas semanas pero fue descubierto el domingo pasado por una de las estudiantes que vivían con el agresor.
Una noche más
Esa noche, la víctima -un niño que cursa estudios primarios y cuyos datos se omiten para preservar su identidad- se encontraba, como tantas otras veces, en el departamento de los estudiantes, durmiendo con su tío, algo que su madre permitía para que el pequeño se contactara con la familia del padre, quien reside en Chile y está separado de la mujer.
El agresor también estaba en su habitación pero en el living, una chica se había quedado estudiando, previo pedir al agresor su tablet.
La joven, llevada por su curiosidad, comenzó a ver distintos documentos que el agresor tenía en la memoria de la máquina y fue así como encontró material pornográfico.
Rápidamente se dio cuenta de que las imágenes que estaba mirando eran de una agresión sexual y los protagonistas estaban muy cerca de ella: el sobrino de uno de los amigos y el agresor, uno de los estudiantes.
Tras digerir el asunto la chica actuó discretamente para evitar que se produjera una pelea entre el agresor y el tío de la víctima. Por eso optó por enviar algunos mensajes por whatsapp al agresor, diciéndole que había encontrado el video.
El agresor le contestó que no había querido hacerlo, que estaba bajo los efectos de la droga. Entonces la joven le exigió que se retirara rápidamente del lugar porque lo iba a denunciar. El joven le hizo caso: se fue con lo puesto.
Denuncia
Minutos más tarde, la chica mostró el video y las fotos al tío del niño. El joven llamó a su cuñada y todos fueron a denunciar el caso, llevando la tablet a una comisaría de Capital.
El caso fue comunicado al fiscal de Capital, Gustavo Fehlmann, quien rápidamente se interiorizó de la situación y ordenó que se detuviera al agresor.
Los denunciantes le dijeron que iba camino a su casa por lo que el fiscal dio aviso a la policía de Malargüe para que lo detuvieran ni bien se bajara del colectivo.
El estudiante fue trasladado nuevamente a Capital, donde fue imputado por abuso sexual agravado por acceso carnal y corrupción de menores calificada. Luego de que se le hicieran las pericias de rigor, fue llevado al penal de Almafuerte.
El fiscal Fehlmann derivó parte de la investigación al fiscal de Delitos Económicos y Cibernéticos para que investigue si el material que se encontró en la tablet y en el teléfono del detenido pudo haber sido comercializado o subido a alguna red social o página de internet.