Martín Bustos lo hizo otra vez. El árbitro, procesado en la causa que investiga abusos sexuales en las divisiones inferiores de Independiente, intentó mantener un encuentro personal con otro joven futbolista, esta vez, un juvenil del club Newell's Old Boys. Sin embargo, su plan se frustró y fue detenido por la Policía de Santa Fe.
A principios de esta semana, Julián Pablo Pagliarecci, director de pensión de la institución rosarina recibió en su oficina a uno de los chicos que juega en el club. El relato lo estremeció: el joven relataba que un hombre, que decía ser un masajista deportivo, quería conocerlo personalmente.
La comisión directiva del club hizo la denuncia y la fiscal Carla Cerliani, de la Unidad Especial de Delitos Sexuales, intervino en el caso. Gracias a la colaboración de Pagliarecci, se logró engañar al presunto acosador. El director de la pensión se hizo pasar por el menor y acordó un encuentro que se llevaría a cabo en la avenida Santa Fe al 3200, en un domicilio privado.
El acusado llegó en un Chevrolet Cruze gris patente AB040GL y tras ingresar a la propiedad fue arrestado. Sin embargo la sorpresa llegaría a continuación: el detenido era, nada más y nada menos, que Bustos, el árbitro acusado de captar jóvenes de Independiente. Según la investigación, junto al relacionista público Leonardo Cohen Arazi y al representante de jugadores Alberto Ponte, los buscaba en las redes sociales para entregarlos a una presunta red de pedofilia.
En septiembre del año pasado, con un polémico fallo de los jueces de la Sala I de Lomas de Zamora, fueron liberados. Los magistrados entendieron que existió consentimiento por parte de los menores del club de Avellaneda y modificó la acusación, es decir, pasó de abuso sexual de menores a promoción de menores. Como la pena mínima para esa clase de delito es de tres años ordenó excarcelarlos.
Fuentes judiciales con acceso a la causa de Independiente aseguraron que desde hacía varios meses la fiscal Soledad Garibaldi, de la UFI 4 de Avellaneda, seguía los pasos de Bustos porque tanto el árbitro como Leonardo Cohen Arazi -otro de los acusados- venían solicitando en "forma recurrente permisos para viajar al interior del país".
Bustos usaba su nombre de pila pero no su apellido y aunque nunca llegó a tener contacto personal con el menor, al joven le resultaron sospechosos los mensajes y el último miércoles decidió contárselo al psicólogo del club, que de inmediato hizo la denuncia en la fiscalía a cargo de Carla Cerliani.
De acuerdo a la información de la fiscalía de Rosario, Bustos vivía en el macrocentro de la ciudad, en un departamento que alquilaba por día. Además de quedarse con su celular, la policía secuestró su computadora para intentar determinar si ya había logrado contactar a otros menores.
De todos los implicados en la causa Independiente sólo cuatro están en prisión y uno accedió a una domiciliaria: Juan Díaz Vallone, organizador de torneos de fútbol.
Según confiaron fuentes vinculadas a esa investigación, en las computadoras secuestradas de dos imputados se encontró material de pedofilia.
"Es muy valioso para la causa pero es realmente un asco", definió la fuente, que precisó que los menores que aparecen allí no son ninguno de los jugadores de Independiente.
La causa está a punto de ser elevada a juicio y sólo quedan terminar de revisar las conversaciones en los celulares de los acusados, finalizar las conclusiones de las pericias psicológicas y procesar el material de esas computadoras.