Es intenso el movimiento en el predio donde está ubicado el “Laberinto de Borges”, en la finca Los Alamos de la familia Aldao Bombal de San Rafael.
Obreros, maquinaria pesada y liviana revelan que se ha activado un proyecto que pone en valor este sitio señero de la sociedad sureña ubicado a 10 kilómetros del microcentro, diseñado tras una idea de Susana Bombal, retomada por Camilo Aldao (fallecido) y seguido por sus hermanos y padre.
Pronto (se calcula que en noviembre de este año) los sanrafaelinos y turistas podrán disfrutar oficialmente de un sitio rodeado de centenarios árboles compuesto por una vieja casona (restaurada con materiales recuperados) con servicios modernos, el mencionado laberinto y sitios para disfrutar con la familia.
Entre ellos se habilitará otro laberinto en un cañaveral (para los niños), una terraza con living bajo carolinos, un microcine donde se reseñará la historia del lugar, un pequeño museo y un área de servicios que contendrá una “pulpería” y sanitarios para hombres, mujeres, personas con discapacidades y un novedoso baño para niños que permitirá a los padres ingresar con sus hijos al sitio totalmente adaptado para los pequeños.
También sobresaldrá en el espacio aéreo del lugar un mangrullo (atalaya o sitio de observación) de 18 metros de altura para disfrutar del diseño del laberinto.
“Se intenta dotar al lugar de todas las comodidades pero conservando un estilo que acompañe al paisaje natural que hay en la zona del laberinto, principal atracción”, dijo Ignacio ‘Nacho’ Aldao, uno de los miembros de la familia anfitriona.
Por su lado, el arquitecto Horacio Márquez, especialista en restauraciones, explicó que la casa, con características típicas cuyanas (con galería al norte y pequeñas ventanas al sur), ha sido prácticamente recuperada en su totalidad y reforzada con técnicas modernas que permiten darle la seguridad necesaria a la edificación con cabreadas de madera.
“Se han recuperado vigas como esa”, comentó señalando una que atraviesa prácticamente 10 metros de un salón que será el microcine y parte del museo, que estaban en muy buen estado pese a los años. “La casa se calcula que fue levantada en 1860 aproximadamente”, explicó Márquez.
Otro de los detalles es que las paredes conservan las estructuras de adobes de barro crudo y ladrillos, también de esas épocas.
Tando Aldao como Márquez señalaron que se ha instalado en el lugar riego automatizado para aprovechar el agua que es traída de una laguna. También se construirá un arroyo artificial que servirá para airear el contenido de ese espejo de agua y que adornará el ya bello escenario natural.
Otro sector será equipado con juegos didácticos para niños, que permitirá a los padres disfrutar con los pequeños de un sitio seguro.
Aldao, en su relato entusiasta, también destacó que se trabaja con la escuela de la zona para desarrollar un programa de visitas guiadas para escuelas que permitirá una recaudación que irá directamente al establecimiento educativo.
“Los guías serán los mismos chicos de la escuela y eso permitirá darles un sentido de pertenencia, porque queremos que esto sea de los sanrafaelinos. Que lo aproveche el turismo, pero fundamentalmente la idea es que sea un capital cultural de los sanrafaelinos”, explicó el dueño de la finca.
El laberinto, alma de este proyecto, fue diseñado y desarrollado desde 2003, cuando se plantaron 8.000 plantas de boj -cerco inglés siempre verde- que hoy ya superan el metro y medio y dibujan claramente el apellido del escritor argentino que le da nombre, en forma de espejo.
El diseñador inglés Randoll Coate, padre del proyecto, pudo ver en 2003 cómo iba desarrollándose el laberinto y manifestó su alegría a la familia Aldao. Coate sumó al proyecto original algunas modificaciones, como agregar al final del recorrido las iniciales M y K, por María Kodama, un bastón en la curva que hace la J de Jorge, y la cabeza de un tigre. Este peculiar diseño podrá en poco tiempo observarse desde la altura.
Aldao explicó que si bien el lugar no se ha abierto aún al público, desde hace años muchas familias sanrafaelinas ya han visitado el sitio y lo han incorporado a la agenda de salidas de fines de semana. “Ahora está cerrado por las obras y pronto, calculamos que antes de fin de año, abriremos oficialmente al público ya con todas las comodidades señaladas”, dijo.
Al finalizar la recorrida con Los Andes, el anfitrión destacó que todo el proyecto se ejecuta con capitales privados y que está encarado para no alterar el ambiente. Y ejemplificó que los escombros de las demoliciones que no se pudieron rescatar son tratados en el mismo terreno.
“Por ese puente -señaló la salida a la calle- no ha salido ni un solo camión con escombros de la obra. Todo es tratado aquí -dijo con orgullo-. Se parquizará y los lugares donde se colocaron los escombros también llevarán pasto arriba”. Los detalles ya pueden verse en la página de Facebook “Laberinto de Borges”.