El Indio Solari tocó por segunda vez en Mendoza ante unas 100 mil personas. Si bien sus seguidores le son muy fieles, las quejas por el mal sonido en el Autódromo Ángel Pena llegaron a través de insultos y silbidos.
Los fanáticos estaban muy molestos por el mal sonido del recital. Es más, el primer tema, "La dicha no es una cosa alegre", casi ni se escuchó. Media hora después de comenzado el show, Solari pidió disculpas, pero eso no bastó para calmar en enojo.
El músico subió al escenario junto a su banda Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado pasadas las 21.30 y tocaron durante más de dos horas.
En un principio se calculaba que eran unas 50 mil personas las que presenciaban el show, pero luego del tercer tema liberaron la entrada y se especula que unas 50 mil personas sin al predio ticket ingresaron.
En un momento del show, el artista pidió silencio para recordar a Soledad, la hija del periodista Tití Fernández, que era una fiel seguidora suya y que perdió la vida en un accidente automovilístico en julio, cuando volvía de Brasil.
Desde hace días los ricoteros vivían en las inmediaciones del parque "la misa ricotera". Si bien prevalecían los colores rojo y negro, también flameaban banderas de otros países, como Chile y Uruguay. Además, cientos de turistas llegaron a Mendoza desde Pehuajó, Corrientes, Rosario, Buenos Aires, Paraná, Bahía Blanca, o Tucumán, por citar solo algunos lugares.
La peregrinación hacia el escenario comenzó pasadas las 17.30, cuando se abrieron las puertas del parque. Pero desde las primeras horas del día personal de seguridad, gendarmes y policías vigilaban la veda de la ruta 7.
A diferencia del año pasado donde se dieron condiciones climáticas únicas de un frío polar y agua nieve, en esta oportunidad el clima acompañó desde otro lugar.
Eduardo Silva, de 21 años, esperaba hoy la apertura de las puertas del predio envuelto en una bandera uruguaya y en buscaba del refugio de algún árbol libre que le un poco de sombra y respiro en una jornada agobiante de calor. "No pensaba volver a Mendoza porque ya vine el año pasado, pero ni bien me enteré del show disparé de nuevo para acá", comentó el uruguayo, sonriente al encontrarse con un compatriota que lo detectó por los colores de la bandera.
Otro fue el caso de José Chamorro (45) quien viajó con su hija adolescente Diana, ambos de la ciudad bonaerense de San Martín, desde donde llegaron por primera vez como regalo de cumpleaños de la más chica.