La libertad tiene sabor a chocolate, a dulce de leche granizado y a frutilla. Abigail Chulque siempre deseó tomar un helado con cucurucho pero nunca había podido hacerlo por sus propios medios. La nena de 10 años, que va a la escuela 1 -743 de Colonia Bombal, nació sin sus dos brazos por un síndrome que los médicos identificaron como semejante a la focomelia.
Pero el destino de la niña dio un giro gracias a una serie de eventos afortunados que le permitieron tener una prótesis realizada con impresión 3D y que le dio la oportunidad de comer los helados que tanto ansiaba. "Me ayuda con todo. A comer, a pintar y a comer chupetines", dice Abi con timidez. Y agrega que piensa en ser veterinaria. "Me gustan mucho los animales, tengo conejos, gatos y perros. Los voy a curar a todos", detalla.
Un encuentro inesperado
Matías Martin (32) habitualmente recibe escuelas en la planta de reciclado de Junín "Punto Limpio", de la municipalidad. Su trabajo se encuentra en el área de innovación y desarrollo de impresiones 3D. Y fue allí donde esta historia comenzó.
"Una seño de la escuela de Abi fue de visita y me invitó a dar una capacitación. Cuando fui conocí a Abi y me planteé ayudarla a tener una mejor vida", explica Matías.
Mientras, Abi escribe y dibuja mucho con sus nuevos implementos. Antes de tener la prótesis lo hacía con la mejilla y el hombro, o con los pies pero esto le estaba trayendo problemas en la columna.
"En el jardín agarraba la tijera con los pies y hacía todo tipo de recortes", dice su mamá, Damaris Alfaro, acompañada por la "segunda mamá" de Abi, Paola Roldán. "Ahora pintamos hasta las 11 de la noche" agrega esta última.
Martin continúa con el relato del encuentro que le cambió la vida a la nena. Primero le tomaron medidas e hicieron pruebas con diferentes accesorios –la prótesis se coloca en la parte del brazo que Abi posee y queda fija– para que pudiera dibujar erguida, escribir, entre otras actividades.
"También pensamos en algo que le permitiera comer cucuruchos ella sola. Es lo primero que me pidió", detalla el creador, quien agrega que la prótesis la hicieron de color fucsia y con las letras del nombre de la nena para que lo adoptara como propio rápidamente. Más adelante la prótesis contará con un accesorio para que pueda vestirse sola.
Un tramo difícil
Los 10 años de vida de Abi no ha sido fáciles. Nació un 5 de enero de 2009 en el hospital Laggomagiore y es la más grande de tres hermanitos –se suman Mateo (7) y Sofía (4)– de la pareja de Damaris e Isac.
"Yo tenía problemas con su embarazo y los médicos me recomendaron el seguimiento con un genetista. Una vez que Abi nació, nos derivaron al Notti. Allí me dijeron que la enfermedad de ella se asemejaba a un síndrome de focomelia, que implica el acortamiento de brazos o pies e incluso retrasos mentales. Pero Abi solo tuvo problemas en sus brazos", explicó Damaris.
A pesar de todo la niña consiguió salir adelante. Le encanta jugar a la pelota más que a las muñecas y también andar en bicicleta entre los surcos de Colonia Bombal.
A veces, cuando su madre no la ve, Abi se trepa a las montañas de ladrillos que hay en la puerta de su casa. Y dice que mucho no le gusta estudiar, pero que se lleva bien con las matemáticas.
"Yo rescato animales. Perros, gatos o conejos. Antes tenía un hámster", agrega Abi y sigue dibujando alegre con un lápiz verde colocado en la prótesis. "Estoy manejando la fama", agrega pícara y mucho más suelta de palabras.
Paola, que la lleva varios días a la escuela porque Damaris es empleada doméstica y no tiene tiempo para hacerlo, agrega que muchos quisieron ayudar a la niña, pero que ninguno cumplió y se fueron desilusionando. "Por suerte la escuela la ha acompañado mucho", describe.
Abi pronto cumplirá 11 años. Espera que le regalen una bici o una compu, pero la situación económica de la familia es complicada. En unos años podrá tener una prótesis más sofisticada, que su cuerpo podrá resistir sin inconvenientes. Ahora tiene una mejor vida. Y disfruta del sabor de la libertad.
Ecografías que aprecian los ciegos
Matías Martin también ha participado de otros proyectos desde el área de innovación y desarrollo de impresiones 3D de la planta de reciclado de Junín "Punto Limpio". Algunos están vinculados con otras empresas y otros, con el desarrollo de modelos en tres dimensiones de ecografías para que personas ciegas puedan "conocer" al bebé que está por nacer.
"No es solo para mamás, está pensado también para que un abuelo o una abuela que no puede ver tenga la posibilidad de conocer a su nieto", explica el desarrollador mendocino, agregando que hace dos años comenzó con esta iniciativa que ha dado grandes resultados.