Abelardo Vázquez fue el gran innovador de las fiestas vendimiales, con sus poesías y sus audaces puestas en escena. Supo conciliar la realización artística de calidad, la modernidad visual y el texto con significado, en una síntesis que posiblemente haya comenzado y terminado con él.
En su poesía, Vázquez se cuidaba del lugar común y es una de las voces más poderosas de la provincia. Pero en Vendimia, buscaba la divulgación masiva y la expresión popular de sus estrofas.
En 1960 se produjo el debut de Abelardo Vázquez (1918-1986) “el poeta del vino”, como se lo bautizó varios años después. Bajo su responsabilidad fue representado en el autódromo “En Mendoza hay una parra”, caracterizada por la monumentalidad del escenario, una generosa iluminación y gran sonido con amplios escenarios.
El recordado Abelardo Vázquez dirigió diez veces el espectáculo central de la Vendimia, en las que expresó toda su creatividad. Un récord que no ha sido superado. Fue él también quien bautizó a los cerros que circundan el teatro griego Frank Romero Day con nombres de vinos: cabernet, pinot, tinto, barbera, oporto, semillón y hasta vinagre.
Sin dudas, fue el Rey de la Vendimia, porque además de incorporar la luz y el sonido, y luego los cerros aledaños al teatro griego, logró conjugar con estos factores, el libreto, la puesta en escena y la dirección general de la Fiesta, en presentaciones con fuerte contenido regional, histórico, no exentas de ritmo y sorpresa. La ovación de la multitud siempre coronó el cierre de sus fiestas.
