-Vos estás en la música desde hace ya más de 25 años. Supongo que cuando empezaste tenías una cantidad de sueños y fantasías. Ahora que pasó tanto tiempo y sabés de qué se trata realmente, ¿volverías a meterte en esto?
-Sí. Porque cuando me encuentro con ciertas crudas realidades dentro de la música, lo que me salva es que cada proyecto que busco cumplir tiene una cobertura de la fantasía aquella de cuando era niño, cuando todo me parecía un mundo ideal y fantástico.
Entonces tengo muy fresco aquel recuerdo cada vez que voy a cumplir un nuevo sueño. Y lo disfruto.
-¿"Universo Paralelo" es solamente un título o de verdad creés que existen universos paralelos al nuestro?
-No sé mucho de la materia, pero sí creo que existen universos paralelos. Me parece que hay un montón de cosas inexplicables para nosotros, para nuestro campo sensorial, para lo que podemos experimentar. Entonces considero que todo aquello que no puedo explicar funciona en otros planos, y esos planos deben ser tan o más complejos que esta realidad terrenal en la que estamos.
-¿Decís que en este momento hay otro Abel Pintos en una Tierra paralela, o algo así?
-Yo no sé si en una Tierra paralela, pero lo que puedo decirte es que cuando empecé a trabajar en este proyecto empecé a vivir situaciones raras… Estoy como en un constante déjà vu. No sé si tendrá que ver con que lo he deseado mucho, lo he soñado mucho...
Entonces, me pregunto: “¿Estoy viviendo algo que está naciendo ahora mismo en este momento en que lo estoy viviendo, o lo presentí en otro tiempo porque ya estuvo sucediendo?” Me gusta pensar las cosas desde ese lugar, medio como de ciencia ficción.
De repente me encuentro con programas televisivos o documentales que hablan de todas estas cuestiones, y verdaderamente me apasionan.
-Se conoce que estuviste viendo "Dark", en Netflix…
-Jajaja. ¡Siiii! Vi “Dark” y también “Stranger Things”, ¡claro! Y sí me parece que existen esas cosas, que van más allá de lo que nosotros vemos. Y un poco lo estoy experimentando ahora.
El 17 de setiembre, lo único que interesaba era si Abel Pintos tenía novia o no, producto de lo publicado por una revista que aseguraba haber encontrado lo que nadie había podido hasta ahora. Y lo que siguió fue una catarata de comentarios variopintos.
Ustedes deben saber que si la mente humana no tiene el dato preciso, pues lo inventa, ¡y ya! Ese fue el germen de una lluvia de interrogantes que se dispararon en la opinión pública con la rapidez de un supermercadista remarcando precios.
-Si nunca se te vio con una mujer, Abel Pintos es gay. Pero si aparece una foto tuya en una revista, abrazado a una chica, es un artilugio publicitario para el próximo show.
-¿Cómo manejas eso?
-No sé, no me molesta. Uno no puede tener nunca control de lo que los otros van a pensar o suponer o especular. No me molesta para nada lo que piensen de mí. Me parece que todos tenemos que tener libertad absoluta de cómo pensar sobre las cosas.
Conozco bien las dos opciones que has dicho. Se han dicho, y a mí no me molestan porque yo sé cómo hago las cosas y desde qué lugar.
-¿Pero no te molestaste ni un poquito cuando aparecieron las fotos tuyas con Mora Calabrese? No era lo que vos esperabas que sucediera. ¿O sí?
- Mirá, fue raro porque era algo justamente muy íntimo.
-¿Y cómo llegaron esas fotos a los medios?
-No tengo idea, pero tampoco pienso en eso. No es algo de lo que me ponga a hablar. Es extraño (piensa bajando la vista al piso), pero hoy en día no tengo inconvenientes con eso. Uno en la vida se va construyendo de a poco. Y se va relacionando con las distintas cosas de a poco. Porque, aún antes de la exposición de mis situaciones íntimas, yo siento un respeto muy grande de parte de todos, tanto del público como de los medios.
Cada uno dice lo que tiene que decir, pero luego entienden que tengo una forma de manejarme. Yo no voy a hablar más de lo que yo quiera hablar de mis cosas.
Abel Pintos es un artista. Pero no solamente de la música. El hombre sabe perfectamente cómo manejar los grises, los claroscuros, las insinuaciones veladas y todo lo que afecte directa o indirectamente a su vida privada.
- Muchos artistas tienen serios problemas porque la popularidad trae aparejada entre otras cosas la imposibilidad de salir a la calle sin que se les venga una marea humana encima. ¿Cómo lo resolvés? ¿Salís disfrazado, como hace Paul McCartney, o te quedás encerrado, como hacía Sandro?
-No. Aún cuando aparezco en una tapa de revista como sucedió ahora, aún así, yo sé qué cosas de mi intimidad quiero cuidar, y realmente no va a haber acceso a eso. Porque es una elección de sumo cuidado. Entonces, no me escondo. Yo salgo a hacer mi vida normalmente. Voy al supermercado y a pagar mis impuestos... Salgo a correr y lo que sea. La intimidad tiene que ver con un montón de personas y de situaciones que no eligen la popularidad. Yo soy el que la elige, entonces protejo eso, y luego no tengo problemas en salir y sacarme 750 fotos por hora. Al contrario. De hecho, trabajo para que eso suceda. Tengo ya entendido que si voy al supermercado hoy, en lugar de los 40 minutos que me llevaba hace diez años atrás, me va a llevar una hora y media; pero no dejo de ir, porque es mi vida. Es lo que tengo que hacer.
-¿Te costó llegar a esa filosofía?
-¡Claro! Todo lleva un tiempo de comprensión. En otro momento, salir en la tapa de una revista me molestaba muchísimo, y hoy no me provoca incomodidad. Es algo natural. No tiene nada que ver con querer hacerme el misterioso o con tratar de generar mística. Yo soy así, para con mi familia, para con mis amigos, para mi círculo más intimo... Me gusta vivir tranquilo y me gusta tener en claro qué cosas quiero cuidar y cómo me voy a relacionar con todo lo que pasa.
Universo paralelo
El sueño cumplido de cantar envuelto en una marea de música
Abel Pintos pide que le alcancen el saco gris que completa su traje de noche. Aunque no es de noche ni se encuentra en una gala, sabe que este momento es mágico y está dispuesto a saborearlo como corresponde. Porque este es un momento con el que viene soñando desde hace casi un cuarto de siglo. Y ahora, finalmente está paradito aquí, frente a una orquesta sinfónica y dentro del mejor estudio de grabación que un artista argentino pueda tener.
-Recuerdo perfectamente lo que me pasó en el cuerpo cuando escuché por primera vez una orquesta sinfónica en vivo. Tenía 11 años, y fue en un concierto de la Sinfónica en el Teatro Municipal de Bahía Blanca. La emoción que sentí me provocó el pensamiento inmediato de “yo quiero cantar con esto”, de “¡quiero estar envuelto en esta marea de música!”. Entonces esa imagen ideal hace que ahora que estamos embarcados en este momento tan maravilloso y complejo al mismo tiempo, lo que me anima y hace sentir bien es que está muy fresco en mí aquel recuerdo.
-Una especie de regreso a ese lugar.
-Cada vez que enfrento un nuevo desafío, como esto de “Universo Paralelo”, un poco es mi primer mecanismo de pensamiento. Pienso como aquel niño de 11 años, con los mismos miedos que tenía en aquel momento, porque nunca sé con qué me voy a encontrar. Y más aún, porque hoy hay, gracias a Dios, una expectativa muy grande de mucha gente sobre lo que hago, cosa que no me sucedía cuando era chico. Eso suma un poco a la presión de “no sé con qué me voy a encontrar”. Pero sentirme así me hace bien, porque cuando era niño me sentía muy feliz de poder estar cantando, y hoy me sigo sintiendo tan feliz como entonces. Todo lo que pasa después alrededor es anécdota.
Cuestión de géneros
“El rock me ha influenciado mucho y lo sigue haciendo”
-¿Qué lugar ocupa el rock en tu vida? Siempre hablas de folclore, de baladas, ¿el rock alguna vez te pegó con fuerza? ¿Llegás a tu casa y pones AC/DC al taco?
-Sí. Cada día escucho rock porque es un género del que disfruto muchísimo. Me gusta más que nada ir a los conciertos, experimentarlo más en vivo. Tengo grandes amigos del rock que me han abierto siempre las puertas, y en el público del rock hay un respeto muy grande hacia mí y hacia mi música. No sé muy bien por qué, pero siempre lo agradezco mucho. A veces me invitan a cantar en algún concierto y eso me gusta mucho.
Cuando tuve oportunidad de cantar con Eruca Sativa, con A.N.I.M.A.L. o con Cielo Rizzo fueron experiencias muy grandes para mí. Ni hablar cuando me invitó Andrés Calamaro a su show en el teatro Gran Rex; fue un honor para mí. Estar en el camarín hablando con (Daniel) Melingo, ahí, como colegas, me parece hasta increíble. Me siento como un atrevido llamándolos colegas, pero siempre han sido muy receptivos en el rock conmigo y yo lo aprovecho. Voy a los conciertos y disfruto de esa música. El rock me ha influenciado mucho y lo sigue haciendo constantemente.