Abel Pintos: "Cantar en mi cumpleaños es el mejor regalo”

El bahiense festejó ayer su cumpleaños número 30 y lo celebró con el sexto recital ante un Luna Park colmado. La seguidilla termina mañana, con el séptimo y último. Un fenómeno de popularidad.

Abel Pintos: "Cantar en mi cumpleaños es el mejor regalo”

Canta parado sobre una silla, o paseando sus piernas larguísimas y flacas por el escenario, o acurrucado cerca del piso. Poco queda hoy del nene que a los seis años empezó en el coro de su ciudad, Bahía Blanca.

Apenas terminado su cuarto recital en el estadio porteño Luna Park (de los siete que completará presentando su último disco: “Abel”), el músico anticipa lo que viene: “Cantar en el Luna el día de mi cumpleaños es el mejor regalo. Siempre me gustó programar conciertos en esa fecha. Es el modo de festejar que más disfruto, y hacerlo en el Luna Park es un lujo”.

Sobre el escenario, Abel Pintos interpretó las canciones de su noveno disco y confirmó su notable fidelidad con el público, pero también su crecimiento como artista pop y de baladas.

“Me reconozco como un músico folclórico y popular. El folclore es el saber del pueblo, no un hombre vestido de gaucho al lado de una guitarra para tocar una chacarera. Busco ser un músico popular como fueron Los Chalchaleros y hoy son el Chaqueño Palavecino y la Mona Jiménez”.

Hincha de Racing e interactivo, Pintos supera el medio millón de seguidores en Twitter (@abelpintos) y él mismo maneja Facebook (Abel Pintos-Oficial) pero también otras redes sociales como Instagram (@fotosdemusicayvida) y Keek (con videos que él graba).

Así su gente no sólo se entera de novedades sobre las giras y los shows (hizo más de 115 en los últimos ocho meses), sino también cuando organiza un concurso literario, sube fotos de amaneceres y hasta cuando cocina una paella o sale a correr ocho kilómetros.

“Me gusta compartir cosas cotidianas. Además, las redes son una excelente herramienta para difundir. Me adapté a medida que entendí sus dinámicas, pude marcar mis tiempos y, sobre todo, me divertía”.

Su ida y vuelta con la gente es natural. Así, en el estadio casi en penumbras, Abel camina hacia un costado del escenario y se acomoda en una silla. La euforia femenina se detiene por unos minutos para escuchar su confesión:

“A veces, en los conciertos llegan momentos difíciles. Porque, más allá de que uno hace lo que ama y vuela en cada canción, interpretar este tema me resulta complicado por todo lo que significa y genera para mi. Les agradezco la confianza y que me escuchen”.  Entonces comienza a sonar “El mar”, con orquesta en vivo, y Abel desarma su corazón: “Mirar el mar ya no sirve, no me da la calma, vivo del último beso que guardo en el alma...”.

En sus delgadísimos 74 kilos repartidos en 1,86 metro, quedan expuestas sus emociones. Aplauso cerrado. Antes y después, el público acompaña a la perfección y de memoria las letras más nuevas de su último disco: “Cuantas veces”, “Aquí te espero” y “Tanto Amor” (el video lo protagonizan los bailarines Hernán Piquín y Cecilia Figaredo) y siguió al ritmo de sus hits: “La llave”, “No me olvides”, “Todo está en vos” y “Aventura”. Para cerrar con “Reevolución”, con la que Abel invitó al escenario a Santiago Aysine, líder de la banda Salta la Banca. El estadio se vino abajo.

La fiesta promete repetirse mañana, en su último concierto, con el séptimo Luna todo vendido. Abel, el chico que fue bautizado así porque cuando nació su tía leía la Biblia (“estaban entre Caín y Abel, por suerte eligieron el hermano bueno”, ríe él), se despide con un hasta luego. En agosto sale de gira por el interior y el 8 de noviembre se verá con otro desafío: cantar en el estadio Unico de La Plata, ante 55 mil personas.

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