Islandia y Panamá son los dos debutantes de Rusia 2018, por lo que abrirán un nuevo capítulo en la Copa Mundial, pero el sorteo final ha dejado varios emparejamientos cuyos historiales se remontan a varias ediciones atrás, con el de Argentina y Nigeria como el más importante y remanido.
A los dioses futbolísticos debe gustarles especialmente, ya que los dos países se cruzarán nada menos que por quinta vez.
Las Súper Águilas quizás estén ya cansadas de la Albiceleste, contra la que perdieron en sus cuatro confrontaciones anteriores, siempre por un solo gol (2-1 en 1994, 1-0 en 2002, 1-0 en 2010 y 3-2 en 2014).
En el choque más reciente, un partido vibrante jugado en Porto Alegre, Lionel Messi firmó en la primera parte un doblete que sirvió a los argentinos para ganar 3-2.
Por el Grupo B (Portugal, España, Marruecos, Irán), se recuerda que en Alemania 2006, Cristiano Ronaldo, que entonces tenía 21 años, transformó en los instantes finales un penal que certificó la victoria de Portugal sobre la RI de Irán en Francfort.
El ganador del Premio The Best al jugador de la FIFA 2017 sin duda querrá volver a ver puerta cuando el conjunto luso se mida de nuevo con los iraníes, dirigidos por su compatriota Carlos Queiroz, en Saransk el 25 de junio de 2018.
También en esta liguilla, Marruecos logró uno de sus triunfos más memorables del Mundial, frente a Portugal, en México 1986, al imponerse por 3-1 y terminar como primero de un reñido Grupo F. Portugal fue último de grupo en aquella ocasión.
El partido más reciente de esta sección es el Portugal-España, puesto que ambas selecciones se cruzaron en Octavos de final de Sudáfrica 2010.
España obtuvo entonces la clasificación para la fase de cuartos, donde le esperaba Paraguay, al vencer por 1-0 a sus vecinos en Ciudad del Cabo, gracias a un gol de David Villa en el minuto 63.
El Grupo C, dónde están Francia, Australia, Perú y Dinamarca, es innegable que trae muchos recuerdos. Dinamarca y Francia se verán las caras por tercera vez en la fase de grupos, y lo harán en el último partido, al igual que en sus dos enfrentamientos anteriores.
En Francia 1998, los Bleus ganaron 2-1, mientras que Dinamarca se alzaría con la victoria en la siguiente edición, en la República de Corea.
En el Grupo E (Brasil, Suiza, Costa Rica, Serbia), Brasil y Costa Rica ya han jugado dos veces entre sí en el Mundial. Curiosamente, el seleccionador costarricense, Óscar Ramírez, formó parte del equipo que perdió 1-0 ante los brasileños en Italia 1990.
Suiza y Brasil protagonizaron un empate a 2-2 en el Mundial de 1950, en el que los anfitriones brasileños serían segundos, quedándose a las puertas del título.
En lo que respecta al F (Alemania, México, Suecia, República de Corea), es el que reserva mayores reencuentros. Y en él, Alemania se ha especializado en aguar la fiesta a sus rivales.
En 2002, acabó con la trayectoria de ensueño de la República de Corea, al ganar en Seúl a los coanfitriones mediante un gol de Michael Ballack en el tramo final de su choque de semifinales.
En 1986, los germanos eliminaron a México, país organizador, imponiéndose por 4-1 en la tanda de penales de la ronda de cuartos. Como dato interesante, Alemania fue subcampeona en ambas ediciones.
También puso fin a la campaña de los norteamericanos en 1998, al remontar cerca del final del partido y vencer por 2-1 en Montpellier, con goles de Juergen Klinsmann y Oliver Bierhoff.
El historial de Suecia ante los países de este grupo se remonta a 1934, año en que perdió por 2-1 a manos de Alemania en Italia.
En 1958, como anfitriona, la formación escandinava ganó 3-0 a México en el partido inaugural y 3-1 a Alemania en semifinales, para luego perder frente a Brasil en la final.
Por el Grupo G (Bélgica, Panamá, Túnez, Inglaterra) todos esperan que Bélgica e Inglaterra vuelvan a ofrecer una contienda tan electrizante como la que disputaron en Basilea allá por 1954.
En su primer partido del Grupo 4 empataron a 4-4, con dobletes de tres jugadores distintos. Tan solo se enfrentarían otra vez más en un Mundial, en 1990. Inglaterra ganó entonces 1-0, con un tanto de David Platt en el minuto 119. Así pues, si nos guiamos por la historia, el 28 de junio de 2018 disfrutaremos de otro duelo emocionante en Kaliningrado. Y al igual que en 1998, Inglaterra y Túnez empezarán el torneo enfrentándose. La última vez, en Francia, los ingleses ganaron 2-0 a las Águilas de Cartago. ¿Quién fue titular aquella tarde en Marsella? El actual seleccionador de los Tres Leones, Gareth Southgate.
Mientras que en el H (Polonia, Senegal, Colombia, Japón), el último Japón-Colombia de un Mundial es bastante reciente, ya que los dos países disputaron un entretenido encuentro en Cuiabá en Brasil 2014.
En él, los Cafeteros desplegaron un juego brillante para vencer por 4-1, resultado que los clasificó para la fase de eliminatorias y obligó a los nipones a hacer las maletas.
Otra cara, mismas respuestas: Alexei Sorokin, el nuevo rostro del comité organizador
No es fácil enfadar a Alexei Sorokin. Poco antes de ser elegido como miembro del Consejo de la FIFA, el nuevo jefe del Comité Organizador de Rusia 2018 estaba en un lujoso hotel de Ginebra ante la prensa mundial cuando el hijo de un periodista se encaramó a su pierna durante varios minutos. Reaccionó sin emoción y con estoicismo, rechazando instantes después cualquier tipo de pregunta.
Sorokin era perseguido por los reporteros para que hablara de los escándalos que salpican últimamente al deporte ruso, incluido el fútbol, lo que le costó a Vitali Mutko su puesto como jefe del Comité Organizador del próximo Mundial.
Sorokin, de 45 años, fue diplomático en Washington y habla con fluidez inglés y francés. Eso le permitirá dar una imagen más abierta que su antecesor en el cargo. Sus declaraciones sobre los temas polémicos, sin embargo, no variarán ni un ápice.
Con Mutko fuera de los focos públicos de forma temporal y sólo con la responsabilidad oficial de coordinar la finalización de las obras de infraestructura, Rusia pretende recomponer el prestigio del proyecto del presidente Vladimir Putin. Y al menos en la presentación pública internacional, el sucesor tiene otras cualidades.
Al lado del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, Mutko generó una mala impresión antes del sorteo de los grupos del Mundial en Moscú, quejándose con disgusto por las constantes acusaciones de doping.
En el marco de las reuniones con altos funcionarios y periodistas tuvo que enfrentarse a preguntas explosivas, que el hombre de 59 años se refirió a regañadientes porque, supuestamente, no las entendía. Su mezcla de idiomas, entre el inglés y el ruso, fue motivo de burla en varios videos que circularon por Internet.
Un perfil muy distinto al de Sorokin, que ya reemplazó en setiembre a Mutko en el Consejo de la FIFA y que está graduado en lingüística en la universidad estatal de Moscú. Hace nueve años fue el director del proyecto para la organización de la final de la Liga de Campeones en Moscú y ese mismo año se convirtió en director general de la Federación Rusa de fútbol.
Posteriormente, Sorokin lideró la candidatura rusa para el Mundial 2018. Y cuando la sede ya estaba lograda, inicialmente fue designado como director general del Comité Organizador.
Sorokin admitió a la agencia R-Sport que el ascenso a jefe fue "bastante sorprendente". Sin embargo, dejó en claro que la modificación no debería afectar a los preparativos.
"En general, no habrá cambios radicales en el liderazgo del Comité Organizador", subrayó Sorokin, lo cual no debería sorprender si se tiene en cuenta que en su rol de viceprimer ministro, Mutko continuará supervisando el funcionamiento del Comité.
