La política exterior adquiere en estos días relevancia tanto para Alberto Fernández como para Mauricio Macri. La visita que el primero quería realizar a México -cuya política exterior toma como referencia- fue postergada hasta después de la elección, al argumentar la cancillería de López Obrador que era preferible recibirlo como Presidente electo. Como alternativa, visitó Bolivia reuniéndose con un Presidente populista que busca su cuarta elección consecutiva, (Morales) e hizo lo propio con Perú, siendo recibido por un Presidente de centro-derecha (Vizcarra).
Su propuesta de reconstruir UNASUR sin limitaciones ideológicas y buscar una solución pacífica para Venezuela, encontró buen eco en Lima y en La Paz. La presentó después que días atrás Maduro lo criticara por sostener que el chavismo es un régimen “autoritario”. Pero buscó públicamente un acercamiento al decir que con EE.UU. era necesario “respeto y madurez” y que “un país como la Argentina no puede enemistarse con los EE.UU. que es la primera potencia del mundo”.
Macri por su parte realizó un viaje relámpago de pocas horas a New York para asistir a la asamblea anual de la ONU, donde tuvo una posición dura con Venezuela. No tuvo encuentros bilaterales con ningún otro Presidente del mundo. Es que el apoyo que tuvo de los jefes de gobierno que a fines del año pasado visitaran Buenos Aires para la Cumbre del G20 ya no está, tras el resultado de las PASO.
Participó con el Ministro de Hacienda y Finanzas también de una reunión con el FMI, sin lograr destrabar el desembolso pendiente. Es que el organismo internacional, parece haber decidido tratar el tema con el Presidente electo, que probablemente no sea Macri.
El Presidente inició formalmente la campaña electoral el sábado 28 de setiembre. En términos legales, la campaña electoral se ha iniciado el domingo 22 de setiembre y el viernes 27 comenzó la prohibición de utilizar actos de gobierno, como la inauguración de obras públicas con fines electorales.
Ayer, inició en el barrio porteño de Belgrano, la primera de las treinta marchas que realizará en otras tantas localidades del país hasta el 24 de octubre. Es el eje de su campaña, al que ha logrado subordinar a María Eugenia Vidal- no axial a sus intendentes- que ahora públicamente pide votar la boleta completa. El discurso es con propuestas positivas, como si el oficialismo estuviera desvinculado de los cuatro años de gobierno que están terminando.
En el Frente de Todos, Cristina retomó su rol en la campaña y Fernández siguió dando tenues señales respecto a su eventual gobierno. Apenas volvió de Cuba, la ex Presidenta presentó su libro en La Matanza, distrito bonaerense en el cual el PJ tiene sus máximos niveles de voto. Avanzó en el tema económico, diciendo que “habrá que discutir la formación de precios y los márgenes de ganancias”; agregó que “no seria justo que todos los argentinos paguen con el mismo esfuerzo” y remató con “vinieron con pobreza 0 y se van con emergencia alimentaria”.
Al mismo tiempo, la entidad que reúne a los funcionarios judiciales kirchneristas (Justicia Legítima) hizo público su proyecto de reforma constitucional que contempla límites para el endeudamiento público y limitaciones a las facultades de los jueces. El giro de la justicia a favor del Kirchnerismo es predominante en éste ámbito, aunque el Juez Bonadio haya elevado a juicio la causa “Cuadernos”, el que recién tendría lugar en los últimos meses de 2020 o en 2021.
Fernández por su parte, va dando algunas señales sobre su eventual gabinete, como los roles de Santiago Cafiero y Felipe Solá en la Jefatura de Gabinete y la Cancillería. Pero las diferencias entre los dos integrantes de la fórmula, se evidencian en dos campos.
Uno es el Congreso, donde la ex Presidente trabaja para la unificación de los bloques en las dos cámaras. El otro es YPF, área en la cual ella impulsaría el retorno de Galuccio y el candidato a Presidente y Massa postulan a Bossio.
Pero la tensión social y el control de la calle siguen siendo una variable crítica, en momentos de fragilidad económica y conflicto político. La provincia de Chubut cumplió la décima semana sin clases, con rutas nacionales y provinciales cortadas por estatales y docentes. El gobierno nacional dice que remitió 1.300 millones de pesos a la provincia para pagar salarios atrasados por el Gobernador (Arcioni) quien sostiene que todavía no los ha recibido. Hay conflictos de distinto tipo en otras 15 provincias que pueden escalar en las próximas semanas, combinando tensión social con crisis económica.
Al mismo tiempo, la devaluación y la reestructuración de deuda complican a las que están más endeudadas en dólares. Se trata de un problema que afecta a los distritos más importantes. Santa Fe tiene el 97% de su deuda en dólares, Córdoba 95%, Buenos Aires 80% y Ciudad de Buenos Aires 68%.
Pese a que el Senado dio sanción definitiva a la ley que prorroga la emergencia alimentaria -aunque todavía no hay claridad sobre los tiempos de implementación- en la semana los movimientos sociales “duros” y los partidos de izquierda como los reunidos en el FIT realizaron nuevas movilizaciones y cortes -postergaron los acampes- los que se extendieron al interior del país. Fueron “contra el ajuste de Macri, el FMI y el pacto social de Alberto Fernández”.
En la elección de Gobernador que se realiza en Mendoza el domingo 29, no se juega todo, pero se juega mucho. Para Macri un triunfo le va a permitir proyectar la esperanza de que no está todo perdido, para Fernández una victoria refuerza su certeza de que el resultado es inmodificable.