A quemar todas las naves

Huracán Las Heras y Deportivo Guaymallén se miden el próximo domingo en la última jornada de la Primera Fase con la posibilidad de acceder a la siguiente instancia. El empate no le sirve a ninguno. Es ganar y esperar otros resultados.

A quemar todas las naves
A quemar todas las naves

Cuesta encontrar diferencias a la hora de comparar las campañas de Huracán Las Heras y Deportivo Guaymallén (los goles a favor del Globo podría ser una). La paridad es enorme. Se parecen en sus aspectos y características; en sus irregularidades y en sus estructuras.

Tienen nombres de experiencia, reconocidos en la categoría, aunque muchos de ellos estén en deuda con su gente. Se diferencian en los comienzos de uno y otro en el torneo. Huracán LH arrancó pisando rivales y logrando protagonismo, con el concepto táctico bien repasado y con la convicción del que se sabe fuerte. Deportivo Guaymallén tuvo más dudas que certezas. Le costó hacer pie, dejó puntos en el camino y en algún momento se vio  fuera de toda chance de pelea. Ni siquiera la llegada de Freddy Funes logró sacar al equipo de la irregularidad. Andrés Villafañe devolvió la identidad perdida al equipo con su llegada. Fueron dos partidos los que dirigió. Seis puntos. Lo suficiente como para que el Italiano alcanzará en las posiciones a un Huracán LH que se perdía en sus propios laberintos y dejará la definición para la última fecha. Mano a mano, aun cuando no dependan de sí mismos. Es ganar y pegarse a la radio. Puede ser triunfo y la gloria o Devoto. Así es el fútbol. Bendito. Maldito.

Cambiar la imagen en casa

El empate frente a Atlético Argentino no erosionó la confianza del plantel. Hay decisión para lo que vendrá. La apuesta es por utilizar la presión que generará el pueblo lasherino a su favor. En casa le ha costado más de la cuenta, pero esta vez se busca “que el pueblo empuje”.

En el único encuentro que tienen como registro, en la temporada, festejó el once norteño, en Rodeo de la Cruz.

Ya no importa el buen juego; sólo ganar. La deuda en casa es demasiado grande como para despedirse con más pena que gloria. Marcelo Vázquez lo sabe y busca modificaciones para un equipo al que le cuesta generar situaciones. Minich es la referencia, pero podrían aparecer sorpresas de cara al choque más importante de la temporada.

Agazapado espera

El Cacique cambió decepciones por ilusión y mucho tiene que ver la llegada de Andrés Villafañe. El adiestrador suele repetir que “el fútbol es trabajo y convicción” y en eso anda su equipo. Ganó confianza y sumó dos triunfos que lo dejaron expectante. “Estamos ilusionados con poder seguir con chances y sabemos que es un partido a todo o nada”, tira el DT, enviando un mensaje a sus dirigidos. “Tenemos que jugarlo como si fuera nuestra cancha”, continúa.

En Rodeo de la Cruz todo es optimismo y la vuelta de Daniel Gómez, tras la suspensión, es una de las buenas noticias. La única duda es Silvio Prieto, que padece una sobrecarga muscular. El volante será esperado hasta último momento. De cara al choque frente al Globo, el equipo podría tener algunas modificaciones. “No hay grandes diferencias entre uno y otro. Cada uno tiene cuestiones tácticas y virtudes”, confiesa.

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