Ir hasta el supermercado, dar unas vueltas a la plaza, subir la escalera, caminar hasta el colectivo… Todo suma. Y así lo afirma un nuevo estudio observacional realizado por investigadores del Hospital Brigham and Women's (EEUU) entre más de 16.000 mujeres mayores, que halló que los beneficios de ponerse en marcha se ven incluso en quienes caminan mucho menos que largos kilómetros por día.
Pese a que está fuertemente instalada, la recomendación de hacer como mínimo 10.000 pasos por día, no surgió de la evidencia científica. Su origen se remonta a una campaña de marketing de 1965 lanzada por la japonesa Yamasa Clock para promocionar su Manpo-Kei, uno de los primeros podómetros (un dispositivo para contar de pasos).
Esta investigación científica que citamos sí aclara que el conteo de pasos es información importante porque proporciona una métrica fácil de entender y una gama de opciones de esfuerzo para promover la caminata en todas las edades y niveles de condición física.
Utilizando datos de un universo de 16.741 mujeres de 72 años de edad promedio, a las que se les pidió que usaran un acelerómetro durante 7 días, los investigadores encontraron que aproximadamente 4.400 pasos diarios se relacionaron significativamente con tasas de mortalidad más bajas en comparación con aproximadamente 2.700 pasos al día. Con más pasos por día, las tasas de mortalidad disminuyeron progresivamente hasta nivelarse en en aproximadamente 7.500 pasos.
Los investigadores apuntaron que la intensidad no se relacionó claramente con tasas de mortalidad más bajas.
"La cantidad de pasos, en lugar de la intensidad, fue la métrica relacionada de manera consistente con las tasas de mortalidad más bajas. Estos hallazgos pueden servir como estímulo para muchas personas sedentarias", concluye el artículo.
Estos datos son apoyados por trabajos previos que demostraron que la actividad física provoca cambios beneficiosos a corto plazo en el estado de salud como la mejora de la presión arterial, la regulación de los niveles de insulina y glucosa o la mejora del perfil lipídico entre otros. De este modo, se incrementa la "importancia" de la actividad física para la salud, afirma I-min Lee, epidemióloga de la división de Medicina Preventiva de Hospital Brigham and Women's.
El próximo paso es evaluar estas actividades en la población joven para determinar si estos hallazgos son aplicables a todos los grupos.
Otros estudios, en tanto, sostienen que el ejercicio aeróbico, como caminar o hacer jardinería es bueno para el corazón y mejorar la circulación, pero no es suficiente para una buena salud integral. Una reciente revisión de evidencia de Public Health England afirmó que el fortalecimiento de los músculos y los huesos y las actividades de equilibrio también son vitales para la salud y el bienestar futuro, aunque a menudo no son lo suficientemente tenidas en cuenta.