Contracara. Es el título que mejor le sienta a la película tombina que dirige el Gringo Heinze.
Y es que el Expreso se quedó a mitad de camino a la hora de desarrollar lo que pretende. Cuando bajó la intensidad, Gimnasia no lo perdonó y le hizo saber que debe mantener la propuesta hasta el final.
Las dos facetas del nuevo modelo quedaron bien expuestas. La visita a La Plata era una buena chance para ratificar la idea del DT y no pasó la prueba desde el resultado. ¿Desde el juego? Aprobó algunas materias y deberá trabajar en otras para no quedar aplazado.
Gran protagonismo. Diez minutos tardó en pasar Gimnasia la mitad de la cancha. Fue el tiempo en que el Tomba empezó a efectuar la presión alta que diseñó Heinze. Un equipo parado en campo rival, ganando cada pelota dividida y poniendo a muchos hombres en posiciones ofensivas.
Los marcadores pasaron por los costados,Jerez Silva se olvidó de la contención y los extremos jugaron bien abiertos generando espacios, mientras que los volantes internos siempre miraron el arco contrario con buen pie. Atrás lo defensores se pararon en la mitad de la cancha sacando a todos hacia adelante.
Así el elenco ganó protagonismo y maniató a un Lobo que no salía de su asombro y hacía poco pie. Fue todo Bodeguero, menos ese momento de tranquilidad a la hora de resolver en el área local. Lo que el propio técnico manifiesta como intensidad. ¿Podía mantener el equipo para lo que restaba? Era la pregunta del millón...
No lo sostuvo. El interrogante se fue develando de a poco, cuando el conjunto del Gringo empezó a bajar la intensidad y los de Troglio crecieron, en fútbol y desde lo anímico. El bajón se notó claramente, pero también existió mérito del Lobo.
Ya nada fue igual. Las cosas no se hacían como quería el Expreso. El trámite cambió de mando y se empezó a jugar más cerca de la humanidad de Rey.
Y ni hablar cuando Jerez Silva- hasta el momento de buen partido- se excedió en faltas y debió irse a los vestuarios. La roja terminó por desmoronar el castillo mendocino y Gimnasia supo aprovechar el momento justo para prolongar su buena racha.
Seguramente el paso por La Plata servirá de lección a un equipo que se está acostumbrando a otra filosofía futbolística.
Godoy Cruz volvió a mostrar señales positivas, pero quedó en evidencia que frente a rivales de mayor jerarquía no le alcanza. Necesita darle rodaje a muchos aspectos si sueña con el despegue definitivo. Sí. Esta vez se quedó a media máquina.