Llegó el invierno, también la nieve y en un par de semanas las vacaciones de media temporada. Y con este panorama a la vista también es tiempo de ir pensando en un plan de aventura que nos lleve hacia el oeste en busca de ese manto blanco que puede estar ahí a un costado de la ruta o emplazado en algún centro de esquí y por eso en este espacio se dan algunas recomendaciones para conducir en la nieve.
Lo primero que se debe hacer es un chequeo de los neumáticos, donde es necesario comprobar que el dibujo no esté gastado (profundidad mínima de 1,5 mm), que no tenga golpes visibles y que la presión sea la correcta, debido a que las bajas temperaturas la reducen.
Cuando la nieve o el hielo cubre el pavimento se hace necesario el uso de cadenas, existiendo una variedad que van desde las cadenas de acero, hasta las textiles o líquidas. Y aquí vale advertir que para cruzar la frontera las autoridades sólo permiten las de acero cementadas.
Comprobar, previo a salir, el buen funcionamiento de las luces, sin olvidar que la luz baja es, por ley, obligatoria las 24 horas. Lo mismo se debe chequear el buen funcionamiento de los limpiaparabrisas, de suma importancia cuando llueve o cae nieve.
También hay que tener en cuenta que en caminos congelados o con nieve, se debe manejar con cautela, realizando maniobras suaves, es decir evitar movimientos bruscos con el volante, otro tanto se debe observar a la hora de acelerar y también en la frenada.
Para desacelerar hay que usar los cambios, evitando utilizar el freno que podría provocar con su accionar una patinada sobre la ruta congelada.
Por último no hay que olvidar la utilización de anticongelante: en el circuito de refrigeración y así evitar problemas en el motor y revisar prolijamente la batería, debido a que en invierno se descarga más rápido de lo normal. Por eso se recomienda revisarla y llevar elementos para una recarga.
Con todo en orden solo resta poner primera rumbo a la montaña y la nieve.