Maxi Salgado - Editor de Más Deportes msalgado@losandes.com.ar
Hace cuatro años, más precisamente el 14 de abril de 2013, publiqué una nota en la que advertía que haber tomado la decisión de hacer una sola categoría en la Liga Mendocina, no le daba solución a los problemas. En aquel momento la Liga había decidido hacer un torneo de 27 equipos que terminó aportando más deudas a las instituciones. De hecho y como advertía en esa oportunidad, muchos de los clubes iban a dejar de competir por cuestiones económicas y no se iba a solucionar esa cuestión con una competencia unificada.
Hoy, con un torneo que está en el medio de la competencia (sólo se ha jugado el Apertura) y en el que hay equipos que militaban en la Primera B representando a la Liga en torneos federales, solamente porque eran los únicos que se animaron a inscribirse, los dirigentes de calle Garibaldi volvieron a tomar una de sus acostumbradas decisiones de apuro y sin dar lugar al debate.
Salvo Sportivo Banfield (que a través de su consejero expresó su deseo de seguir compitiendo en el ascenso), la mayoría de los clubes de la ex Primera B exhibieron sus "inconvenientes" de jugar un torneo con solamente seis equipos, puesto que Platense y Real Mendoza habían desistido con antelación y El Porvenir no podía ingresar por no presentar sus categorías infantiles.
Fue así que volvieron a unificar a todos los clubes en una sola categoría en donde habrá 26 equipos. Se borra así con el codo lo que se escribió con la mano. La temporada no tendrá un campeón genuino, porque no está bien que San Martín, por ejemplo, pueda ser campeón del Clausura cuando había perdido la categoría en el Apertura y debía militar en el ascenso para ganarse, en la cancha, nuevamente su lugar.
Para muchos la decisión se tomó para salvar al albirrojo de tener que pasar por el ascenso. Lo que no debería ser una sorpresa, porque cada vez que uno de los grandes de Mendoza tuvieron que jugar en la B, desde la Liga se inventaron mini torneos o soluciones mágicas para que la situación fuera diferente. Y así lo planteó Deportivo Maipú en una nota que presentó, siendo el primero en mostrar públicamente su descontento.
Lo más grave es que la decisión se tomó desde el Consejo Directivo con los miembros que había en ese momento, no en una asamblea con la venia de todas las instituciones. Eso despertó un sinfín de suspicacias y algunos dirigentes ven que lo que se está haciendo es quedar bien con algunas instituciones para tener un respaldo importante de cara a las próximas elecciones.
Llamativamente se dejó afuera de toda competencia a Algarrobal, cuya afiliación iba a hacer abonada por la Municipalidad de Las Heras mediante un acuerdo firmado hace un tiempo y al cual, la Liga desconoció. Si un club no puede pagar los 24.000 pesos que significaban esa afiliación, los dirigentes deben darse cuenta que algo está andando mal y, en lugar de buscar soluciones efectivas, intentan castigar a los "chicos" para beneficiar a los grandes. Porque el año pasado, hubo algunos clubes grandes que jugaron prometiendo que su municipio iba a pagar la afiliación.
Aunque en las últimas horas se les prometió a Algarrobal y Real Mendoza, que habrían puesto unos cheques, que serán incorporados al torneo. Esto elevaría la cantidad a 28 equipos y si esa es la cantidad ¿por qué no jugar con 20 equipos en la A y 8 en la Primera B?
Habría que haber evaluado que el fútbol argentino en su totalidad está pasando por un momento complicado. Con tres meses de parate, hasta instituciones que juegan en la B Nacional están viendo afectadas sus economías.
Y hasta hemos visto como los equipos mendocinos han salido a buscar hacer enfrentamientos con los clásicos de siempre para poder moverse y conseguir dinero fresco para sus arcas. Es tan complicado mantener a los socios que como ya hemos dicho en varias oportunidades, los dirigentes agudizan el ingenio para seguir teniendo al club con las puertas abiertas. El caso más llamativo ha sido el de Gimnasia que le dio otros beneficios a sus socios como descuentos en negocios o sorteos.
“Nosotros sospechamos que la Liga necesita recaudar y necesita plata hoy”, dijo a Más Deportes el vicepresidente de Algarrobal, Gustavo López.
Todo puede ser posible, dicen desde la dirigencia de Gimnasia que esta semana recibieron una carta de la Liga en la que se le pedía que informara cuantas entradas habían vendido en el amistoso frente a Estudiantes de San Luis y se le reclamaba el porcentaje del dinero recaudado. Un error de las autoridades de nuestro fútbol fue no saber que en el partido no se cobró entrada, lo que fue ampliamente publicitado.
Era entonces un momento para entender que había clubes que necesitaban tiempos. La Liga Mendocina no debe ser una financiera, sino apoyar a sus clubes, claro que con reglas claras, porque el fútbol argentino sufre hoy debido a que la AFA, durante muchos años, fue el salvavidas para los clubes que de todas maneras están fundidos, o casi.
Cambiar las reglas de juego con asiduidad, hace que la institución no pierda seriedad y deberían investigar si eso no lleva a que los clubes se bajen. Es tan importante la seriedad en la planificación, que las cadenas televisivas estadounidenses Fox y Turner, interesadas en quedarse con las transmisiones del fútbol nacional por una cifra millonaria, le pidieron esta semana a la AFA que la programación de los partidos debe estar determinada con varios meses antes. Y además, que aclare como son los campeonatos.
¿Se imaginan si eso se le pidiera hoy a la Liga Mendocina? “Esta alternativa sólo hace que el torneo siga perdiendo prestigio. Entiendo que los clubes pasan por una situación económica asfixiante, pero un certamen de estas características no cambiará la realidad. Porque la gente, que desde hace años dejó de ir a las canchas, se seguirá alejando y así se hará mucho más difícil pagar las planillas”, aseguraba en la nota de hace cuatro años que hoy sigue teniendo vigencia.
“Ojalá me esté equivocando y en un tiempo tenga que reconocer que la decisión fue la acertada. Hoy, por hoy, creo que empezamos a despedirnos de nuestro fútbol, ese que desde hace un tiempo lucha a brazo partido para que no lo pongan en terapia intensiva”, era el párrafo con el que cerré esa opinión y hoy me viene bárbaro para volver a darle remate a la nota.