Todo empezó con ese juego de niños llamado "ring-raje" y terminó con una discusión en la cual la madre del subsecretario de Justicia, Marcelo D'Agostino, habría sido amenazada de muerte por un vecino armado con una barra de hierro.
Pero otro vecino ofreció una versión distinta en la cual la madre del funcionario entró a su casa y salió "armada" con una escoba mientras el denunciado estaba desarmado. Paradójicamente Marcelo D'Agostino -en su rol de abogado- defendió al vecino de su madre en varias causas.
Ayer se realizó la audiencia donde el juez Sebastián Capizzi dictó la prisión preventiva para Manuel Rea Lastra, quien está imputado por el delito de amenazas coactivas agravadas por uso de arma impropia.
Lo llamativo de la audiencia fue que la presenciaba José Valerio, integrante de la Corte mendocina.
"Es mentira lo que ella dijo", fue la única frase que pronunció el imputado. En tanto que la versión de Dora Angélica Dillon (67) no pudo ser escuchada porque la madre del funcionario no se presentó en la audiencia (dos veces fue citada por teléfono pero nunca contestó los llamados).
Jugando al "ring-raje"
El 9 de diciembre pasado, dos niñas estaban jugando al "ring-raje" en Pedro Molina al 1700 y tocaron reiteradamente el timbre de la casa de Dora Dillon. La mujer salió y se encontró con dos niñas, una de ellas hija de Rea Lastra.
La mujer las reprendió y entonces Manuel Rea Lastra -según denuncio ella- le habría dicho: "No te metás con mi hija. Metete adentro o te voy a matar".
Existe otra versión de los hechos brindada por otro vecino: el hombre estaba a 20 metros y vio que se inició una discusión que no pudo escuchar, pero sí vio a la mujer entrar a su casa y salir luego "de forma amenazante con una escoba en la mano".
En la audiencia de ayer, pedida por Martín Sevilla, defensor del imputado, se planteó un control jurisdiccional para que el hombre recuperara la libertad. El juez falló en contra y terminó aceptando el pedido de prisión preventiva presentado por el ayudante fiscal Juan Manuel Sánchez, representando al Ministerio Público.
Posiciones opuestas
Sintéticamente, el defensor Sevilla planteó que la denuncia tiene contradicciones e inconsistencias, que su cliente no tenía una barreta durante la discusión y que fue la mujer la que estaba "armada" con un palo de escoba.
Luego sostuvo que la denuncia iniciada por un simple "ring-raje" carecía de seriedad y si la señora se sintió agredida "no se entiende cómo fue a su casa a buscar un palo".
Por su parte, Sánchez, representando al fiscal Gonzalo Marzal, afirmó que el testigo no es convincente, es parcial y que es inverosímil que una mujer de 67 años pueda amenazar a un hombre joven con una escoba".
A la cárcel
Finalmente, a la hora de fallar el juez Capizzi entendió que Rea Lastra deberá seguir encarcelado y por eso dictó la prisión preventiva.
El juez consideró que la versión del vecino es poco creíble pues es sesgada: pudo ver a la mujer con el palo pero no al hombre con el hierro.
Luego entendió que el imputado debe seguir preso porque la mujer tuvo miedo y como es vecina, la situación podría repetirse.
También consideró que los antecedentes de Rea Lastra demuestran que varias veces a afectado los derechos de mujeres.
Anteriormente, el hombre había sido condenado a 3 años de prisión en suspenso por lesiones leves (contra una mujer), dos casos de coacciones y un robo simple.
En una última consideración, el magistrado señaló que existe riesgo procesal porque de ser condenado por este caso recibirá prisión efectiva.
El ministro José Valerio, presente en la audiencia
El juez José Valerio, en su rol de presidente de la Corte, realizó ayer una inspección a las audiencias orales donde se decide la libertad de los detenidos (preventivas y controles jurisdiccionales)
Y, llamativamente la primera audiencia fue la de la madre del subsecretario de Justicia Marcelo D'Agostino, lo que despertó suspicacias típicas del ámbito tribunalicio, teniendo en cuenta la cercanía entre Valerio y el gobierno de Alfredo Cornejo.
Más allá de este dato "de color", Valerio fue a ver cómo funciona el nuevo sistema para acelerar las prisiones preventivas.
Desde el año pasado, con la nueva ley de prisiones preventivas, tanto fiscales como defensores oficiales y jueces de garantías se quejan porque, dicen no tener tiempo "para nada" y la calidad del trabajo se ve resentida.
En la feria de enero el trabajo de todos los jueces de garantías recayó en la jueza Alejandra Mauricio, quien tuvo en los primeros días de enero que resolver la situación - es decir leer los expedientes para conocer las causas -de más de 60 detenidos sobre los que tenía que decidir si iban presos o debían quedar libres.
Además debió firmar las órdenes de allanamiento de gran cantidad de casos calientes que se registraron en lo que va del año.
El abrumador panorama habría llevado a la jueza a pasar algunos casos para que se resuelvan en febrero y, además, su médico le recetó una licencia de 6 días por estrés laboral.
Ahora, dos jueces de flagrancia la han reemplazado. Hoy el juez Valerio concurrirá a supervisar las audiencias de flagrancia, donde se produce una situación crítica similar.