Estaba peleado con su amiga la victoria. Se relacionó con ella en las anteriores dos presentaciones pero finalmente no pudo concretar. Una penalización cuando lideraba y la rotura del motor a poco de alcanzar la gloria lo dejaron mascullando bronca. Sin embargo, con la frialdad que lo caracteriza, siguió mirando para adelante en pos de alcanzar lo que tanto buscó desde su desembarco en TC Mouras.
Fue así como, en su cuarta presentación con la Chevy del Dole Racing y ya con un segundo lugar a cuestas, Julián Santero volvió a sentir la sensación de estar en lo alto del podio, algo que -a excepción del año pasado en Súper TC 2000- viene disfrutando desde 2009.
Triunfante en Fórmula Plus, Fórmula Renault y TC 2000, el ex campeón de los monoplazas cumplió con el objetivo de ganar una carrera para pelear por el título tal como lo exige el reglamento.
“Estoy muy contento porque al fin se dio para terminar con la mufa, pero tenemos que continuar con la misma mentalidad porque queda mucho por delante”, comenzó diciendo a Más Deportes quien no ganaba en el automovilismo nacional desde el 1 de diciembre de 2013 en Potrero de los Funes con el Tito que lo llevó a la consagración cosechando 12 éxitos en 14 fechas.
Al momento de hablar de la carrera en La Plata, circuito que antes lo tuvo como vencedor en 2011 (su primer triunfo en Fórmula Renault) y 2013 (TC 2000), Julián señaló que “el auto funcionó muy bien desde que lo pusimos en pista. Eso me permitió escaparme al comienzo, demostrando contundencia en las primeras vueltas. De todas maneras tuve que cuidarme porque detrás había mucha lucha”.
En el momento del ingreso del auto de seguridad, Santero no dudó en decir que “la diferencia que tenía se achicó y debí concentrarme para no tener problemas en el relanzamiento. Lo bueno es que logré una buena ventaja luego porque la Chevy tenía un gran ritmo; por suerte salió todo redondo y pude quedarme con todos los puntos que hubo en juego en el Mouras”.
El joven de 21 años aclaró que "lo bueno fue que mi serie fue la más veloz. Eso permitió que largara adelante en la final. Se dio todo a favor nuestro haciendo un gran trabajo. Estoy muy contento".
Integrando una de las estructuras más poderosas, Santero no deja de agraceder "a los hermanos Mario y Marco Jakos por confiar en mi.
Hemos sido contundentes hasta el momento y faltaba sólo la victoria. Estoy muy conforme con el equipo; ahora espero continuar así para poder pelear por el título”.
Así, el también piloto de Clase 3 de Turismo Nacional se quitó la pesada mochila que cargaba. “Se me había escapado ya dos veces el triunfo y ahora es un alivio la victoria. No cometí errores y aproveché el medio mecánico”, cerró Julián que el próximo fin de semana no tendrá descanso. Es que deberá subirse al Peugeot 308 en el circuito pampeano de Toay, donde sabe lo que es ganar (se llevó las dos citas de Fórmula Renault en 2013).
Con cuatro capítulos por delante para finalizar la fase regular del torneo, Santero está dentro del Play Off al ubicarse sexto. Encima ya tiene el éxito necesario para buscar la Copa. Es candidato de fierro.
El comienzo de un nuevo ciclo
Como habitualmente sucede, fueron cuatro los pilotos que resultaron ganadores. Pero en esta ocasión todos triunfaron en San Martín. Porque gracias al empuje de ellos, el Zonal Cuyano recuperó la fuerza que había perdido en los últimos años.
Esas casi 5.000 personas que desde temprano coparon el autódromo esteño para presenciar la segunda fecha del año fueron fiel reflejo de la exitosa promoción impulsada en los días previos al evento. Como hacía tiempo no sucedía, se exhibieron autos por las calles, en el Kilómetro 0, el Paseo de la Patria y el Parque General San Martín para que el público conociera más de cerca al Zonal que estaba olvidado por muchos.
Las promotoras -todo un clásico del automovilismo-, la imponente cartelería, la música en la zona de los boxes, el cumplimiento de los horarios a rajatabla y la impecable presentación del circuito fueron los puntos destacados de una jornada que resultó exitosa por donde se la mire.
Esto fue sólo el comienzo de un nuevo ciclo que ya pisó fuerte para bien del querido Zonal.
