Hoy comienza el cuarto juicio por jurado y tendrá como acusado a Jonathan "Johnny" Morales (28), quien será juzgado por el asesinato del ciudadano chileno José Álvarez (70) asesinado en una finca de Guaymallén el 5 de enero de 2018.
Lo llamativo de caso es que Morales se podría convertir en el primer mendocino en ser juzgado dos veces por un tribunal popular ya que también está acusado de haber matado a Sebastián Prado (36), el médico asesinado en setiembre de 2013 en la Sexta Sección de Ciudad.
Por el homicidio de Álvarez en abril pasado ya fue condenado a prisión perpetua, Ezequiel Orozco.
Fue justamente Orozco quien incriminó al Morales en el asesinato de médico: "Johnny me dijo que si se complicaba (el robo a Álvarez), había que hacer lo mismo que él hizo con el médico", declaró Orozco, actualizando la presunta participación de Morales en la muerte de Prado, delito por el cual ya había estado detenido y dejado en libertad por falta de pruebas.
Hoy Morales se sentará en el banquillo de los acusados, en el cuarto juicio por jurado que se realiza en la provincia.
El juez técnico Mateo Bermejo, miembro del Tribunal Penal Colegiado 1. El caso está calificado como homicidio criminis causa y por ello el imputado podría recibir la pena de prisión perpetua.
El caso
El ciudadano chileno José Álvarez fue encontrado a primera hora de la mañana del viernes 5 de enero último por una empleada doméstica que había sido contratada por el jubilado para que limpiara su casa, ubicada en una zona rural aislada de Guaymallén, en la calle Sáenz Peña y Tabanera del distrito Colonia Molina.
Su cuerpo fue hallado afuera de la casa, cerca de una construcción que alguna vez se utilizó como caballeriza.
Para la Policía, la causa de la muerte fue un balazo realizado con una "tumbera" o una escopeta.
El hombre estaba vestido pero descalzo, lo que hizo suponer a los investigadores que salió de su casa porque tal vez escuchó ruidos que provenían de la caballeriza, donde la Policía encontró que unas heladeras habían sido movidas, algo que hace suponer intención de robo, que se las quisieron llevar.
Lo cierto es que el desorden que encontró la Policía indica que los delincuentes, tras cometer el crimen, revisaron los muebles en busca de algunos objetos de valor, aunque, llamativamente, sobre una mesa, bien visibles, había tres mil pesos. Sí se llevaron el automóvil de la víctima, que luego apareció quemado en un descampado.