Nadie sabe quién será el ministro de Economía de Alberto Fernández. Se señaló a Roberto Lavagna, a Guillermo Nielsen, a Matías Kulfas. En las últimas horas apareció un "tapado": Martín Guzmán, un profesor de la Universidad de Columbia de Nueva York y que fue coautor de un libro con el Nobel de Economía, Joseph Stiglitz.
Guzmán es amigo de Kulfas y discute frecuentemente economía con Daniel Heyman, un histórico de Economía de la UBA. El 19 de octubre pasado tuvo un diálogo extenso sobre la situación argentina con el periodista Ezequiel Burgo, de Clarín.
Las definiciones de Guzmán
"El problema central que enfrenta el país es la deuda. Si no lo resuelve, no habrá forma de implementar un programa macroeconómico que le permita recuperarse", dijo Guzmán en esa entrevista.
En torno a la deuda y particularmente con los pagos que enfrenta la Argentina desde el año próximo, el economista dijo que "es imperioso reperfilar los vencimientos. No sólo debe incluirse el capital sino también los intereses. Argentina necesita una negociación bastante más elaborada y compleja que la de otros países".
En el proceso de reperfilamiento, Guzmán dijo que "hay tres elementos clave en ese proceso de negociación: un programa macroeconómico, un reperfilamiento que establecerá qué espacio tendrá Argentina para sus políticas públicas a futuro y la renegociación del programa con el FMI. Estas tres cosas tienen que ocurrir juntas pero la brújula es el programa macroeconómico".
Según Guzmán "desde 1970 más de la mitad de los experimentos de reestructuración y reperfilamiento con el sector privado, fueron seguidos por otra reestructuración o default en el lapso de cinco años".
Una de las preocupaciones de muchos analistas es la disciplina fiscal que debería tener el próximo gobierno, sobre todo cuando en diferentes sectores del peronismo se habla de recurrir a la impresión de moneda y se hacen diferentes reclamos. En esa entrevista, Guzmán dijo que "hay que ir a un superávit fiscal primario, porque ésa es la condición para estabilizar la deuda".
La incertidumbre del baile
La danza de nombres y el supuesto loteo de áreas dedicadas es donde los economistas perciben la ausencia aún de un embrión de programa macroeconómico.
En parte, justamente por los reclamos de parte de sectores del PJ, es que se sostiene que hay indicios de que gana espacio el "plan verano" de dólar en torno de $ 60, con mejoras para las jubilaciones mínimas y los beneficiarios de la Asignación por Hijo, apostando a que el comienzo de las vacaciones aliente alguna recuperación del consumo.
A eso se sumaría un aumento de suma fija para los asalariados, de alrededor de 7 mil pesos, que repetiría el esquema de inicio de la gestión de Néstor Kirchner.
¿Hay riesgo de híper? No, responde en forma categórica Miguel Bein, retrucando la advertencia de Guillermo Calvo.
"Con control de cambios, reservas en el Banco Central y un acuerdo de precios y salarios, una hiperinflación es imposible", dijo Bein resaltando el poder del cepo al dólar para estabilizar al mercado.
Si bien reprogramar la deuda aparece como prioridad en materia financiera (entre enero y mayo hay vencimientos por U$S 22.000 millones), los expertos, entre ellos Guzmán, coinciden en que para que esa reprogramación sea exitosa debe estar apoyada en un plan macro sustentable.
En el mundo de los economistas no se vislumbra un plan de esas características que, entre otras cosas, requeriría un número importante de profesionales (no menos de 20) trabajando en conjunto.
La incertidumbre sobre nombres y cargos irá cediendo en los próximos días y de ahí en más los mercados, que tanto en bonos como en acciones empezaron a mostrar una leve mejoría, buscarán adelantarse a la nueva realidad que se proyecta de corto plazo pero muy orientada por Alberto Fernández para cumplir con su promesa de campaña de apostar a la recuperación del consumo doméstico.