Está bien, es entendible. Después de perder la final de la Copa del Mundo 2014 ante Alemania y los dos juegos decisivos ante Chile por las Copa América 2015 y 2016, que el hincha argentino sienta temor, dudas y hasta miedo puede considerarse como algo lógico y esperable. Pero ahí nomás.
También es rescatable que un campeón del mundo como Jorge Valdano -palabra más que autorizada- sea pesimista con el grupo que le tocó a la Argentina en el Mundial Rusia 2018. Se lo respeta, aunque en este caso no se le comparte el análisis en su totalidad.
Incluso se comprende el fastidio que generó la agónica clasificación al Mundial, en la altura de Quito y dependiendo de un Messi que, afortunadamente, apareció en su esplendor.
Apenas terminado el sorteo de los grupos mundialistas en Moscú, rápidamente la incertidumbre copó las redes sociales y hasta pudo notarse a muchos agoreros que vaticinaron otro fracaso de la albiceleste. Demasiado.
Islandia, Croacia y Nigeria serán adversarios duros y complicados no solo para los de Sampaoli, sino para cualquiera. Pero digamos las cosas como son: si les tememos a los compañeros del Grupo D, ¿qué haríamos si nos invitaran a jugar un cuadrangular con Alemania, España y Brasil? ¿Directamente renunciaríamos antes de salir a la cancha? Nos hace falta una buena cuota de sentido común y coherencia.
La Selección argentina es mucho, pero mucho más que Islandia, Croacia y Nigeria. A kilómetros de distancia. Por cualidades futbolísticas -tanto grupales como individuales- e historia, el seleccionado nacional tiene la obligación de ganar su grupo e ir por más. Y hay muchas chances de que eso pase, más allá de que el fútbol da más de una sorpresa, siempre.
A priori, el contrincante más duro será Croacia. Las presencias de Iván Rakitic (Barcelona), Luka Modric (Real Madrid) y Mario Mandzukic (Juventus) le ponen signos de interrogación a lo que, casi con seguridad, será un duelo vibrante, abierto y ajustado en su resultado final. Hay un solo antecedente de cruce, el de la Copa del Mundo Francia 1998 que terminó con victoria argentina por 1-0.
Nigeria es otro viejo conocido que puede llegar a complicar a Messi y compañía en algunos momentos del juego. De hecho, el elenco africano viene de derrotar a Argentina por 4-2 en un amistoso. Sin Leo en cancha, claro. En Mundiales, argentinos y nigerianos ya se vieron las caras en Estados Unidos 1994 (2-1), Korea-Japón 2002 (1-0), Sudáfrica 2010 (1-0) y Brasil 2014 (3-2). Es decir, siempre hubo triunfo celeste y blanco.
Islandia debutará en un Mundial justo ante la albiceleste, por lo que su performance será una incógnita. Hizo una gran clasificación europea en un grupo bravo que integró junto a Croacia, Ucrania, Turquía, Finlandia y Kosovo. El equipo de Heimir Hallgrímsson ganó su zona y fue la sensación.
Mejor que hacerse la cabeza sería enfocarse en el trabajo que hace falta para lograr un claro funcionamiento grupal. En el "aceite" que no tiene el mediocampo para que Messi se suelte cómodo en dirección al área contraria; en definir a un centrodelantero que cuente con toda la confianza del DT y en encontrar una defensa sólida que salga de memoria. Todo lo que no se tuvo en gran parte de las Eliminatorias sudamericanas.
Sabido es que para levantar esa Copa que esquivó los brazos de Messi en la última cita ecuménica hay que vencer al que sea, al que se ponga enfrente, llámese como se llame, sea del continente que sea. Y como sea.
Tranquilos que hay más de seis meses para trabajar en el armado de un plantel capaz y competitivo; para preocuparse ya están los islandeses y los croatas; también los nigerianos. Y algunos más.