A cinco años del gran terremoto, Haití aún lucha contra el cólera

El país logró reconstruir muy poco desde entonces y está sumido en una epidemia que sólo en 2014 afectó a 9.000 personas.

A cinco años del gran terremoto, Haití aún lucha contra el cólera

Haití sigue tratando de salir adelante cinco años después del devastador terremoto que arrasó la capital, pero la llegada del cólera, que según los haitianos fue importada por los Cascos Azules extranjeros que viajaron para brindar ayuda, frena sus esfuerzos.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) niega su responsabilidad en la epidemia de cólera que mató a más de 8.000 haitianos. Argumentan que es imposible determinar el origen de esta epidemia.

Varios enfermos, que buscan ser indemnizados por daños y perjuicios, han denunciado el hecho ante un tribunal de Nueva York, pero la ONU hace valer su derecho de inmunidad, garantizado por uno de sus tratados fundamentales.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reconoció no obstante una “responsabilidad moral” de su organización respecto al pueblo haitiano en su intento por detener la propagación de esta infección intestinal mortal, que desde hace 150 años no existía en el país.

A pocos días de celebrar el quinto aniversario del terremoto del 12 de enero de 2010, equipos de la Cruz Roja visitan casa por casa para desinfectar las viviendas.

“Aquí tenemos un caso, descontaminamos y a veces encontramos un caso. Y luego descontaminamos las 20 casas más cercanas. Ese es el cordón sanitario”, explicó Maxiles Jolesi, mientras trabaja con la Cruz Roja en Carrefour, un barrio residencial de Puerto Príncipe.

Varios centros de tratamiento fueron construidos en Haití debido a la llegada del cólera y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se asoció con la Cruz Roja para enfrentar la epidemia que afectó a 9.000 personas en 2014 y a 200.000 en 2013.

Sufrimiento y pobreza

La tasa de supervivencia aumenta, pero los sufrimientos continúan en el país más pobre del continente americano, que ya tenía un sistema médico débil antes del terremoto y la llegada del cólera.

“Miren, estaba así, tratando de trepar como un bebé en cuatro patas, miren mi estado cuando estaba enfermo. Te deshidratas, pierdes mucha agua”, dijo Vilvert Jeanne, habitante de Carrefour.

“Si hubiese habido ONGs para dar medicamentos y consejos sobre la manera de luchar contra el cólera, podría haberme ayudado, pero lamentablemente, no había”, denunció.

Un juez de Nueva York debe ahora decidir si demanda o no a las Naciones Unidas en nombre de la denuncia colectiva de haitianos. 
El gobierno de Estados Unidos afirma que la ONU se beneficia de la inmunidad a menos que se levante ese derecho de manera explícita, como lo prevé la sección 2 de la Convención sobre privilegios e inmunidades de Naciones Unidas, aprobada en 1946.

Los abogados de cinco víctimas de la epidemia que hicieron la denuncia afirman por su parte que la ONU renunció a su derecho de inmunidad al rechazar amistosamente un reglamento, como evoca la sección 29 de esta Convención.

Un estudio llevado a cabo por médicos franceses establece una relación directa entre la llegada de Cascos Azules de Nepal cerca de la pequeña ciudad de Mirebalais y la epidemia de cólera que estalló a fines de 2010. Esta relación provocó reacciones violentas contra la ONU.

Según este estudio, la infección se propagó rápidamente por el río Meille, donde son vertidas las aguas grises y las materias fecales del campamento de soldados provenientes de Nepal.

“La razón por la cual el cólera está presente en el país es que desde hace muchos años no ha habido una inversión en términos de acceso al agua e instalaciones sanitarias. Por eso el cólera está presente”, estimó Jean-Luc Poncelet, representante de la OMS en Haití.

“Lo que me preocupa es que ahora hay riesgo de ébola, riesgo de rubéola, riesgo de varias enfermedades de este tipo, y no existen inversiones para prevenirlas”.

La ONU se comprometió a recolectar más fondos para combatir la epidemia, al tiempo que se prepara para eventualmente comparecer ante un tribunal.

Estados Unidos admite fallas

En tanto, funcionarios estadounidenses admitieron que Washington fue demasiado ambicioso en sus planes para ayudar a Haití tras el devastador terremoto cinco años atrás, a pesar de comprometer cerca de 4.000 millones de dólares en ayuda.

Luego de que el terremoto destruyera gran parte de Puerto Príncipe y dejara más de 300.000 muertos, más de un millón de sobrevivientes han sido reubicados tras perder sus hogares, pero otros miles todavía viven en refugios improvisados.

“El gobierno estadounidense fue muy ambicioso en términos de lo que esperaba cumplir en el sector de vivienda”, dijo un alto funcionario del Departamento de Estado. “Esperamos muchos más donantes para asociarse con nosotros y construir nuevas casas, nuevos asentamientos. Y esos fondos no se materializaron”, admitió.

Incluso antes del terremoto, había un déficit de 500.000 casas en la capital.

Crisis institucional y política

En una cruel coincidencia, Haití celebra este 12 de enero el quinto aniversario del terremoto que dejó 300.000 muertos, el mismo día en que culmina el mandato del Parlamento, susceptible de crear un vacío político que permitiría al presidente Michel Martelly dirigir el país solo mediante decretos.

Haití, acostumbrado a vivir en la cuerda floja, está profundamente dividido, y su presidente, el ex cantante Martelly, es objeto de críticas por parte de manifestantes que en los últimos tiempos salen a las calles y le reprochan su nepotismo.

Las protestas para pedir la renuncia del presidente y del primer ministro Laurent Lamothe se tornaron violentas a mediados de diciembre, cuando una persona murió baleada mientras cientos de jóvenes intentaban forzar una barricada de la policía frente al palacio presidencial.
Lamothe, quien hizo fortuna en África con el negocio de las telecomunicaciones y es amigo íntimo de Martelly, dimitió unos días después de esta protesta.

Su reemplazo por el opositor Evans Paul, encargado de formar un gobierno de consenso, no tranquilizó ni a la clase política ni a los manifestantes que siguen saliendo a las calles para exigir la renuncia del mandatario.

La oposición impidió la realización de una Asamblea Nacional convocada por el jefe de Estado para darle un voto de confianza al primer ministro designado. La investidura de Paul fue suspendida a la espera de negociaciones políticas.

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