El entrenador Jorge Sampaoli decidió morir, o vivir, con la suya, y tras resignar su preferencia por la línea de tres en las últimas presentaciones de Argentina, incluido el fallido debut ante Islandia, ayer volvió a abrevar en sus fuentes ideológicas y paró un equipo con ese sistema de cara al segundo y trascendental juego del próximo jueves frente a Croacia.
La práctica en el Centro de Alto Rendimiento de Bronnitsy contó solamente de 13 jugadores de los que a luces saldrá el equipo titular.
La formación que paró el técnico estuvo integrada por Wilfredo Caballero; Gabriel Mercado, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagiafico; Eduardo Salvio, Maximiliano Meza, Mascherano y Marcos Acuña; Lionel Messi, Sergio Agüero y Cristian Pavón.
Posteriormente, ingresaron Giovani lo Celso por Acuña y Enzo Pérez por Meza, pasando del 3-4-3 original a un 4-4-2 parecido al que afrontó el juego ante los islandeses, con Salvio como lateral derecho y Mercado como segundo central por izquierda, una posición en la que ya Sampaoli lo utilizó en Sevilla.
De esta manera se quedaron afuera del equipo los históricos Marcos Rojo, Lucas Biglia y, quizá lo más fuerte, Ángel Di María, aunque en definitiva los tres fueron los puntos más flojos de la selección en el debut. El único que se la veía venir y no le gustó nada, al punto de escribir en Instagram una manifestación "para los que siguen luchando", fue Di María.
Las pruebas que realizará hoy serán definitivas, pero es un hecho el regreso de la línea de tres que utilizó durante el comienzo de su breve ciclo de apenas una docena de partidos al frente de la selección.
Pero así como los que salieron se ganaron la salida, los que ingresan también lo hicieron dentro del campo, ya sea antes en partidos o allí en Bronnitsy en los entrenamientos.