Un día como hoy, pero hace 53 años, fallecía en Mendoza el boxeador Alejandro Tomás Lavorante. Nacido en la provincia en 1936, “Lavo” -como muchos lo llamaban- fue un peleador fuera del estereotipo de ese deporte (amable, culto y siempre sonriente) que hizo toda su carrera profesional en Estados Unidos, donde llegó a figurar tercero en el ranking mundial de los pesos pesados.
Entre sus combates más recordados figura la victoria ante Zora Folley el 11 de mayo 1961, pelea que lo catapultó a la fama. A su condición de buen boxeador, a Lavorante lo ayudó su aspecto físico: era tratado -aún en la machista prensa del box- como un galán de cine y tuvo en su vida contactos hasta con Frank Sinatra para que comenzara su carrera como actor una vez que abandonara el boxeo. El periodismo californiano se refería a él como "El lindo que pega duro".
Pero el boxeo terminó con él antes de que el mendocino decidiera su retiro. En 1962, luego de acceder al premio del "mejor peso pesado del año", perdió dos peleas fundamentales: una contra Archie Moore y otra contra Cassius Clay (Mohamad Ali) para finalmente quedar en coma contra el desconocido Jhonny Riggins el 21 de setiembre de 1962.
Fue sometido a tres operaciones cerebrales en Los Ángeles. En 1963 regresó a la Argentina y falleció en Mendoza, hace 53 años después de 18 meses de vivir prácticamente en estado vegetativo. Tenía entonces 27 años.
Su vida aventurera -antes de su llegada a Los Ángeles vivió en Caracas y antes fue campeón de box del Ejército en representación de los Granaderos a Caballo- será volcada en un postergado libro que verá la luz en breve.
