Pasaron 60 años para que el Nápoli se coronara en Italia. Y lo hicieron con un responsable: Diego Armando Maradona, quien se transformó en un héroe para los hinchas que aún hoy lo veneran e idolatran como a un dios.
Fue el 10 de mayo 1987 el día en que el elenco azzurro se alzó del Scudetto dejando relegados los poderosos clubes del norte.
El capitán de la Selección Argentina estaba en la cúspide de su carrera, con el aún tibio sabor de haber ganado el Mundial un año, en México.
Y en la penúltima fecha de la temporada 1986/1987 en el estadio San Paolo con un empate 1-1 con el Fiorentina, con goles de Andrea Carnevale para el Nápoli y Roberto Baggio para la visita, los Pertenopeos tocaron el cielo con las manos.
El equipo de Maradona finalizó esa temporada con 42 puntos, tres más que el Juventus de Michel Platini y cuatro por encima del Inter.
En total, ganó 15 partidos, empató 12 y perdió tres, todos de visitante.
Ese año quedará en los registros y memorias de los hinchas napolitanos porque también se obtuvo la Copa de Italia, la tercera del club y segunda de Maradona con el equipo sureño.
El Diez arribó al Nápoli a los 23 años desde Barcelona, con previo esplendor en Boca y Argentinos Juniors. Y a Italia llegó a mediados de 1984 para ayudar a que el Azurri conservara la categoría.
Y finalmente, con "el Diez" el Nápoles ganó la liga en 1987 y 1990, la Copa Italia en 1987, la Supercopa en 1991 y la Copa UEFA en 1989.
Se marchó en 1991 y desde entonces Nápoles nunca más ganó la Liga.
Por eso, cada 10 de mayo, los napolitanos celebran la gloriosa temporada en que el equipo del sur fue más poderoso que los del norte gracias a Diego Armando Maradona.