Final de la Copa Intercontinental, 13 Diciembre de 1992, lugar : Tokyo.
Se enfrentarían Sao Paulo por Sudamérica y Barcelona por Europa, Sao Paulo encabezado por Telé Santana en la dirección técnica y por Barcelona, nada más ni nada menos que Johan Cruyff.
Sao Paulo tenía en sus filas a Zetti, Cafú, Cerezo, Raí, Muller y Palhinha; por el lado de Barcelona figuras como Laudrup, Koeman, Guardiola, Stoichkov y Zubizarreta, jugadores excepcionales, figuras del fútbol mundial, garantía de magnífico fútbol por decir lo menos; quienes no saben quienes son o que podían hacer, ya pueden empezar a buscarlos en youtube!!!
Cuenta Juan Carlos Loustau, quien sería el suertudo encargado de arbitrar tan soñado encuentro para los amantes del buen fútbol y a la vez es quien cuenta la anécdota en calidad de testigo presencial: pasaba yo por el hall del hotel y se me acerca Telé Santana y me dice: "quiero presentarte a Johan Cruyff" me acerqué a donde se encontraban conversando, me lo presentó y quedé atónito escuchandolos tertuliar acerca de fútbol, no había cuando terminar ni dejar de disfrutar su manera de vivir el fútbol, en su calidad de amantes del buen fútbol, respetuosos de la filosofía del buen juego, para ellos no se concebía, no cabía la idea de que un jugador pegue una patada artera, nunca a favor de la pelota dividida, por ello sus equipos salían jugando desde el arquero y no lo hacían desde las tribunas por que no se podía... siendo ya bastante avanzada la hora y dado que debíamos descansar nos dispusimos a despedirnos cuando en eso Telé Santana le dice a Cruyff: hagamos un pacto 'al primer jugador que pegue una patada artera lo sacamos del juego, lo cambiamos' a lo que Cruyff respondió como no podía ser de otra manera casi de manera instantánea: 'hecho'.
Como tocado por una varita mágica, Loustau subió a su habitación embriagado de fútbol, convencido de que dos días después estaría conduciendo en el Estadio Nacional de Tokio un partido en el que poco tendría que intervenir.
"El tiempo neto que se jugó fue enorme, sin mala intención y con múltiples opciones de gol", dijo al repasar el encuentro ante 60.000 personas que Stoichkov desequilibró a los 13 minutos, pero que Raí se encargó de remontar con un doblete a los 26 y 79 minutos. Nunca más se vieron para tomar, al menos, otra taza de café.
Telé falleció en 2006, a los 75 años; Cruyff con 69, en 2016. Y el "testigo privilegiado" sigue recordando como si fuera hoy la madrugada que puso su mano para ayudar a sellar un bello pacto.