El 25 de diciembre de 1991, el entonces presidente ruso Mijail Gorbachov renunciaba a la presidencia, y la bandera roja con la hoz y el martillo era remplazada en el Kremlin por la tricolor de la Federación Rusa.
Un día después, el Soviet Supremo reconocía la extinción de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Un cuarto de siglo después de haber sido arriada para siempre la bandera roja de la hoz y el martillo, la desaparición de la URSS se ha reducido a una efeméride.
Fue el 25 de diciembre de 1991 cuando el entonces líder soviético, Mijail Gorbachov, presentó su renuncia, con lo que se formalizó lo que para muchos era una muerte anunciada, apurada a consecuencia de la negativa de los presidentes de las repúblicas de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) de reconocer los órganos de poder centrales.
Días antes, el 21 de diciembre, los dirigentes de las 15 Repúblicas que integraban la Unión Soviética, habían convenido en transferir a la Federación Rusa, comandada por Boris Yeltsin, la salvaguarda del poderío nuclear e informar a la organización de las Naciones Unidas, que Rusia sustituía a la URSS en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Todo se hizo con sigilo, sin aspavientos, al grado que la mayor parte de la población no se enteró de lo que pasaba hasta jornadas y semanas después, cuando todo era desconcierto y las carencias de alimentos y combustibles eran cada vez mayores.
La perestroika de Gorbachov, el último intento por salvar la economía de la URSS, había fracasado y con ello se ponía fin a la existencia de una nación que surgió en 1922, luego del triunfo de la revolución bolchevique, que adoptó el comunismo como forma de vida y que, durante la segunda mitad del siglo XX, disputó con Estados Unidos la hegemonía mundial.
Ahora, a 25 años de la desaparición de la URSS, cada una de las 15 repúblicas que la integraron son independientes, aunque mantienen a Rusia a la cabeza.
La bandera azul, blanco y rojo sustituyó a la de la hoz y el martillo en el Kremlin. Rusia, con Vladimir Putin a la cabeza, impulsa la integración de una comunidad euro asiática, pero la URSS y el comunismo, son definitivamente un asunto del pasado.
Un año después del paso al costado del ex hombre fuerte de la superpotencia, Gorbachov hizo una corta visita a Mendoza -unas pocas horas-, ocasión en la que la Universidad Nacional de Cuyo le otorgó el doctorado Honoris Causa de esa institución.
El paso de los años
Tras su renuncia y la disolución de la Unión Soviética, Gorbachov se mantuvo activo en la política rusa. Durante los primeros años de la era postsoviética, expresó críticas a las reformas llevadas a cabo por el titular de Rusia, Boris Yeltsin.
Cuando Yeltsin convocó un referéndum para el 25 de abril de 1993 en un intento de lograr poderes aún mayores como presidente, Gorbachov no votó y en cambio convocó a nuevas elecciones presidenciales.
Gorbachov realizó una visita privada a España de 15 días en 1992. Fue en primer lugar a Palma de Mallorca y almorzó con el rey Juan Carlos I en el Palacio de Marivent.
En la isla realizó un recorrido turístico visitando la Cartuja de Valldemosa. Luego se trasladó a Sevilla para visitar la Exposición Universal, donde se encontró con Felipe González. Tras esto se dirigió a Lanzarote.
Después de una carrera fallida para la Presidencia en 1996, Gorbachov estableció el Partido Socialdemócrata de Rusia, que era una unión entre varios partidos socialdemócratas rusos.
Renunció como líder del partido en mayo de 2004 después de un desacuerdo con el presidente del partido por la dirección en la campaña electoral de 2003. Más tarde, en 2007, el partido fue prohibido.
La histórica visita a nuestra provincia
El jueves 3 de diciembre de 1992, Mijail Sergueievich Gorbachov, Premio Nobel de la Paz y ex presidente de la Unión Soviética, visitó nuestra provincia por unas horas.
El motivo principal de su presencia en nuestro suelo fue recibir el doctorado Honoris Causa que le otorgó la Universidad Nacional de Cuyo, en ese momento encabezada por el ingeniero Armando Bertranou. El gobernador de la provincia era Rodolfo Gabrielli.
El ilustre visitante, que llegó procedente de Buenos Aires, era acompañado por su esposa, Raisa Gorbachova, fallecida en 1999, a la edad de 46 años.
Fue una corta estadía en suelo cuyano, pero bastaron para que quedara registrado como uno de los hechos importantes en la historia local.
El carismático ex líder soviético y su señora cumplieron un apretado programa de actividades que incluyó una visita a la Casa de Gobierno, un paseo por el Parque General San Martín, un almuerzo en una bodega de Maipú, una conferencia en el Teatro Independencia (donde recibió un doctorado honorífico).
Y como cierre de las actividades, el dirigente realizó una visita a diario Los Andes. Gorbachov se prestó afablemente al diálogo con el periodismo y se interesó por la gesta libertadora del general San Martín.
El premio Nobel en 1990
El 15 de octubre de 1990, el Comité Nobel del Parlamento noruego (Storting) dio a conocer en Oslo la elección del presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, como destinatario del Premio Nobel de la Paz correspondiente a ese año.
El anuncio fue realizado por la presidenta del comité, Gidske Andersson, basando la decisión en "el papel fundamental de Gorbachov en el proceso de paz que caracteriza actualmente la situación de la comunidad internacional en importantes áreas".
Etapas
A continuación las principales fases del proceso de la ruptura de la URSS, que culminó oficialmente con la renuncia de su último presidente, Mijail Gorbachov.
1985-1989: el N° 1 y la perestroika
En marzo de 1985 Mijail Gorbachov se convierte en el número 1 de la URSS. Miembro del aparato del Partido Comunista, Mijail Gorbachov, 56 años, es un dirigente joven y prometedor.
Desde su acceso al poder, Gorbachov inicia un amplio programa de reformas, la perestroika, destinado a enfrentar la caída del precio del petróleo y la penuria crónica de bienes de consumo. En 1989, Gorbachov decide retirar al Ejército Rojo de Afganistán.
1989: el Muro de Berlín
En mayo de 1989, Hungría abre su frontera con Austria, creando una primera brecha en la Cortina de Hierro que separa la Europa capitalista de la Europa comunista desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
En junio, en Polonia, se celebran elecciones en las cuales el sindicato Solidarnosc termina con la hegemonía del Partido Comunista. Gorbachov no interviene. En el último trimestre de 1989, los regímenes comunistas de Europa Oriental caen uno tras otro, sin que la URSS intervenga como lo había hecho en Hungría en 1956 y en Checoslovaquia en 1968.
El 9 de noviembre, el Muro de Berlín se derrumba. Luego se produce la Revolución de Terciopelo en Checoslovaquia y el levantamiento contra Nicolae Ceausescu en Rumania. El bloque socialista deja de existir.
1990-1991: La implosión
En 1990, varias república de la URSS exigen mayor autonomía. En junio, Rusia, la república dominante, presidida por Boris Yeltsin, adversario de Gorbachov, proclama su soberanía.
El 11 de marzo de 1990, Lituania proclama su independencia. Las tropas soviéticas intervienen y en mayo, tras incidentes violentos, se retiran.
Gorbachov negocia un nuevo tratado para salvar la URSS, pero, el 19 de agosto, un sector del Partido Comunista y de las Fuerzas Armadas intentan un golpe de Estado, cuyo fracaso precipita el fin del comunismo.
Nueve repúblicas proclaman su independencia en agosto y setiembre. El 8 de diciembre, los dirigentes rusos, ucranianos y bielorrusos firman un tratado de disolución de la URSS.
El 25 de diciembre se produce la renuncia de Gorbachov.