En noviembre del año 1997, el estadio de Ferro Carril Oeste fue testigo de una de las hazañas del rugby argentino.
Los Pumas, con la presencia de los mendocinos Roberto Grau y Miguel Ruiz, alcanzaron una victoria ante quien dos años después sería el campeón del mundo, Australia. Aquella victoria fue la última ante los Wallabies en el historial.
El ex jugador de Liceo, Roberto Grau recordó: “Fue un partido muy cerrado. Para este tipo de partidos hay que mantenerse cerca todo el tiempo y tuvimos jugadores que tuvieron una gran tarde como Pichot y Giananntonio, pero recuerdo bien que fue un partido muy cerrado y que lo planteamos muy bien.
En aquel tiempo era otro sistema de juego, los tres cuartos defendían mucho y todo el juego pasaba por los forwards. Esa victoria fue muy festejada porque había una diferencia muy grande en preparación y ellos venían de cerrar un gran año, por eso para nosotros fue un partido inolvidable.
Además ellos eran mucho más potencia que ahora. Eran mucho más experimentados, y fue el equipo que luego terminó saliendo campeón del mundo”.
Y agregó: “Nosotros éramos un grupo de jugadores amateurs, que nos juntábamos dos semanas antes para preparar el partido y cada uno llegaba con el entrenamiento de los clubes que en aquella época era dos veces a la semana”.
Sobre cómo ve a esta nueva generación de Pumas, el ex pilar dijo: “Los veo muy bien. Han ido creciendo y he visto una evolución en el juego. Hay frescura en jugadores que son muy prometedores que han demostrado estar a la altura de un torneo como este.
Creo que como se ataca más, falta orden y bajar un poco el vértigo que te hace perder el control. De todas maneras todo este cambio de jugadores, de entrenadores y sistema es muy prometedor. Hay que seguir apuntando a esto, de seguir jugándole de igual a igual a las potencias”.
Por su parte, el otro mendocino que fue parte de ese partido histórico en el estadio de Caballito, Miguel Ruiz recordó: “Para la UAR fue un año tipo montaña rusa, porque habíamos arrancado ganándole a Inglaterra, después tuvimos un bajón y terminamos cerrando de gran manera, creo que fue el gran click del rugby argentino porque hubo un cambio de orientación.
Ese día el rugby había empezado a ser otra cosa, no era lo que estábamos practicando. Me acuerdo que se hizo una gran reunión y nos preguntamos adónde queríamos ir, con mucha autocrítica. Además Los Pumas comenzaban a demandar otra organización. Por ejemplo los viajes era volar y llegar dos días antes a jugar y para un jugador es muy cansador, no se podía”.
Y siguió repasando: “Hicimos una gran copa latina y cuando volvimos coronamos dos grandes partidos contra Australia, uno ganado y el otro lo perdimos por poco. La verdad fue una sensación única. Ese seleccionado australiano estaba con algunos cambios, venían probando y le salió muy mal contra nosotros y le sirvió porque dos años después salieron campeones ante Francia.
Pero en aquel partido el line creo que fue un arma fundamental porque tuvimos nuestras pelotas y robamos algunas y eso que ellos eran gigantes. Me acuerdo que el marco ayudó porque Ferro estaba lleno y fue una de las canchas más lindas en las que me tocó jugar. Creo que de ahí comenzó una nueva historia de Los Pumas. Fue el mejor partido que jugué en mi vida”.
En cuanto a cómo ve a este seleccionado expresó: “Los veo muy bien, muy sólidos. No hay un equipo solamente, hay un plantel. El Rodrigo (por Báez) me la juego que va a ser figura. El plantel está muy sólido y creo que es la deuda de hace años porque si bien antes habían figuras hoy el nivel está parejo”.
Sobre el planteo de salir a jugar de igual a igual, de atacar confesó: “Son distintos grados de evolución. Si nosotros salíamos a atacar nos comíamos 50 puntos. Este equipo está para jugar de igual a igual. Contra Nueva Zelanda se terminó atacando, con actitud y físicamente demostraron que están muy bien”.
