Los manifestantes de Hong Kong desafiaron la prohibición policial con una nueva y multitudinaria protesta en la que las calles del distrito financiero literalmente ardieron después de que los activistas prendieron fuego las barricadas que habían construido para protegerse de la policía.
Antes de encender el fuego, los manifestantes arrojaron objetos y bombas molotov hacia la barrera policial establecida en la sede del Gobierno.
Las fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos y agua de color azul disparada desde camiones hidrantes, que obligó a los manifestantes a replegarse hacia dentro de las barricadas levantadas en Hennessey Road, en el distrito Wan Chai de la ciudad.
La marcha de ayer, que no fue autorizada por el gobierno, conmemoraba el quinto aniversario de la negativa de China a unas elecciones totalmente democráticas en la antigua colonia británica.
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, ocuparon las rutas y las principales intersecciones en los zonas comerciales mientras la policía desplegaba agentes antidisturbios y camiones hidrantes para bloquear el acceso a la zona de las oficinas gubernamentales.
Mientras algunos manifestantes marchaban, otros, con máscaras de gas y cascos se acercaron a las zonas de los antidisturbios y arrojaron objetos a la policía, que respondió con gases y agua.
Derechos y libertades
En enfrentamiento continuó algún tiempo hasta que la policía comenzó a avanzar y los manifestantes se replegaron sin que haya choques importantes.
El legislador del Partido Demócrata, Lam Cheuk-ting, dijo que los ciudadanos de Hong Kong seguirán luchando por sus derechos y libertades a pesar del arresto de varios activistas destacados, entre ellos Joshua Wong.
Las protestas estallaron por la intención del gobierno de aprobar una ley de extradición a China, que finalmente fue archivada.
Sin embargo, los activistas siguen su reclamo para que el proyecto sea sepultado definitivamente y para que haya elecciones completamente democráticas; distintas a las actuales, en las que votan por opciones aprobadas antes por un comité chino.
Los manifestantes también reclaman una investigación independiente sobre la brutalidad policial que ha habido en las batallas desde que comenzaron las protestas.
Al menos seis activistas fueron detenidos en las últimas 72 horas, en lo que supone una escalada de represión de las autoridades de Hong Kong, que actúan por orden del Gobierno chino, contra los manifestantes. Entre las fuerzas de seguridad están los temidos “raptors” o “aves rapaces”, comandos de élite chinos expertos en infiltraciones y detenciones que han perseguido a los manifestantes que se enfrentaron a la policía.
“El gobierno arrestó deliberadamente a varios líderes del campo democrático para tratar de amenazar a la gente de Hong Kong y que no salgan a luchar contra la ley del mal”, dijo Lam en una marcha que fue anunciada como una movilización cristiana, para esquivar la prohibición.
En Hong Kong, las marchas religiosas no necesitan permiso de la Policía. Sin embargo, las autoridades, advirtieron que considerarían ilegal cualquier aglomeración que tuviera más de 30 personas, según la agencia de noticias EFE.
La manifestación religiosa fue pacífica y estuvo integrada en su mayoría, por personas de edad más avanzada que la que la de la noche.
Al igual que durante las últimas semanas, la prensa oficial china publicó ayer un artículo en el que recuerda que, si las autoridades hongkonesas no consiguen controlar las manifestaciones, el Gobierno central intervendrá.
En estos últimos días, la Policía paramilitar ha trasladado a miles de efectivos a Shenzhen, ciudad fronteriza con Hong Kong, y esta semana se llevó a cabo la rotación anual de efectivos en los cuarteles del Ejército chino en Hong Kong, en un movimiento que los analistas ven como una advertencia de Beijing a los manifestantes.