El miércoles 8 de marzo presencie una situación que me aclaró muchos pensamientos.
Viajaba en el interno 12 de la línea 1, nada fuera de lo acostumbrado; el micro hizo su habitual parada a una cuadra de Palmares, donde se suele bajar bastante gente, y así sucedió. Entre los que se disponían a descender se encontraban dos mujeres y un chico joven, quien fue el primero en llegar a la puerta. El joven se hizo a un lado para dejar pasar a la primera mujer, y cuando quiso repetir la acción con la segunda, ésta respondió de forma poco amable “bajá vos”. El chico sin responder descendió del micro. Cualquiera puede interpretar este acontecimiento como algo insignificante o sólo como una muestra de aquella mujer de devolver agradecidamente el gesto, pero no lo veo así.
Casualmente, desde días anteriores, y ese día con mayor ímpetu, los medios y las redes avasallaron a la población de noticias, todo tipo de entrevistas y publicaciones en alusión al Día Internacional de la Mujer, mayormente protagonizadas por “feministas”.
No perderé tiempo en nombrar cada uno de sus reclamos, ya conocidos en su mayoría, algunos justos, otros aberrantes o descabellados.
Pero sí quería destacar el modo de manifestarse, de forma violenta, llenas de rencor, egoísmo y soberbia, disfrazados de “derechos”. Me pregunto si no entienden que la sociedad que buscan construir no se puede sustentar en estos principios, desde el momento en que un acto de amabilidad es despreciado de esta manera. Por insignificante que parezca, son estas pequeñas obras las que dan lugar a otras mayores que permiten la paz y la armonía en una sociedad.
¿Qué buscan estas feministas? ¿El caos?
Al chico del micro, y a todos los hombres, es mi forma de agradecer tu gesto de amabilidad despreciado. Que este tipo de actitudes no impida que las personas sean amables, porque el bien común de la sociedad está por encima de cualquier ideología.
María Fernanda de Rosas
DNI 40.220.763
