Luego de conocerse la noticia de que el corto de la realizadora rusa radicada en New York Marina Shron “Sea child” se ubicó en la programación de la sección “Short Film Corner”, para los involucrados en la producción, tanto delante como detrás de cámara, comenzaron a moverse las ideas para ir a acompañar esta ficción de 12 minutos al festival francés.
Las ganas estaban, aunque la primera en confirmar que no podía viajar en estas fechas fue la misma directora y el productor Jairo E. González, de Zulu Time Media, los artífices de este relato.
No obstante, alejada de Colombia y New York, de este lado del mundo, Federica Cafferata también añoraba con ilusión acompañar su film a la esta gran capital del cine.
Y las ilusiones se acercaron a la realidad recién el viernes pasado para la actriz y su madre, Soledad Bermejo, al recibir apoyo económico del Ministerio de Cultura para la compra de los pasajes a Europa.
Ellas viajaron ayer a las 14 horas desde Ezeiza a París, para tomarse un tren y llegar en las últimas horas de hoy a Cannes, con el plan de instalarse en la ciudad de la Costa Azul hasta el mismo cierre el domingo 24 de mayo.
Marina Shron conoció a Federica en la exhibición de “Road July”, la ópera prima de Gaspar Gómez, en el New York International Latino Film Festival en 2011 y le pareció ideal su perfil para protagonizar un cortometraje que ya tenía en mente para rodar fuera de Estados Unidos.
Si bien el corto fue filmado dos años después de este cruce, Shron cumplió su promesa.
A partir de su estreno el 27 de junio de 2014 en el Fantasia Film Festival de Montreal, el recorrido de “Sea child” por distintos encuentros cinematográficos movilizaron la carrera de la actriz mendocina.
“Todo ha sido muy veloz en la última semana”, nos explicó vía telefónica Soledad Bermejo a minutos de embarcar a Francia. “Gracias a diferentes gestiones desde el gobierno conseguí que también se me acelerara la entrega del pasaporte, que había comenzado a tramitar. El domingo pudimos comprar los pasajes y hacer las valijas. Todo contrarreloj”.
Al estar involucradas en la programación del festival, mañana a primera hora, ambas van a tramitar las acreditaciones para asistir esa misma tarde a la gala de apertura convirtiéndose, sin proponérselo, en las únicas representantes del cortometraje de Marina Shron en el encuentro. Y las únicas mendocinas en este glamoroso festival europeo.
“Estoy emocionada con todo lo que nos está pasando”, nos confesó por su lado Federica, de apenas 15 años. “Vamos a estar en dos alfombras rojas en Cannes. Eso me genera un poco de vértigo pero también me hace sentir muy feliz, muy emocionada”.
A partir de su arribo a la ciudad, Federica y Soledad están comprometidas a contactarse con productores, distribuidores, directores, actores y demás para invitarlos a ver “Sea child”; aunque todavía no tienen precisiones ni de la fecha ni de los horarios de estreno del corto dentro de la agenda del “Short Film Corner”.
“Sin estar en los planes iniciales, vamos a ser las encargadas de hacer contactos allá, de acompañar al corto durante las proyecciones en aquella vitrina de invitados relacionados con la prensa y la industria del cine”, nos explicó Bermejo.
Cabe aclarar que la sección “Short Film Corner” fue creada por la organización del festival de Cannes en 2004 y se ha convertido en un punto de encuentro esencial para los cortometrajistas de todo el mundo.
Es una invaluable oportunidad para presentarle a productores y directores el trabajo de cineastas amantes de este formato, que solo admite hasta 15 minutos de duración.
Dentro de la gigantesca “Villa Internacional”, este salón especial del “Short Film Corner”, situado en la entrada del Marché du Film (“El mercado o feria del cine”), el año pasado participaron 98 países y se exhibieron en auditorios casi dos mil cortos.
Además, en los pasillos están disponibles otras tres diminutas salas de 3, 6 y 12 asientos en la que rotan los cortos inscriptos, con un tránsito de más de 2.500 acreditados.
Durante el festival, esta muestra también incluye talleres, conferencias y mesas debate abiertas al público.
Los responsables de los cortos participantes tienen automáticamente dos acreditaciones para acceder a toda las demás actividades del festival, dándole prioridad tanto al productor como al director de las obras.
En el caso de “Sea child”, Federica y su mamá tomarán este espacio de privilegio para conocer las intimidades del encuentro de cine más famoso de Francia.
“Pienso que es muy importante el apoyo a este tipo de eventos que involucran a gente de Mendoza. Que un corto protagonizado por una actriz de la provincia se vea en Cannes no es algo que sucede todos los días. Estamos orgullosas de este momento. Es muy emocionante llegar a estas pantallas internacionales”, finalizó Soledad Bermejo.
A pesar de sus jóvenes 15 años Federica tiene una amplia experiencia como actriz. Tomó clases en el taller Farfallona en 2001, a cargo de los artistas Gabriela Simón Gómez y Jorge Crowe; estudió cinco años en la escuela de actuación de El Taller y debutó en el formato de cine en el corto documental “Vida nada te debo”, de Máximo Becci.
Espejo líquido
En "Sea child" ("Chica del mar") Marina Shorn cuenta en tono poético y surreal el relato de Lila (Cafferata), una chica que se dibuja en la piel el lago donde su padre desapareció unos meses antes de que ella naciera. Este dibujo comienza a ser pesado, frío y va mutando como si tuviera una segunda piel.
A partir de allí, Lila se siente atraída por el agua, a pesar de que no sabe nadar. Ella explora este paisaje acuático con el lente de la cámara de su padre aunque este aparato no tiene rollo. Del otro lado, en el líquido, parecen liberarse el tiempo y la gravedad.
Rodado en el precioso entorno montañoso de la Laguna de Tota, en el centro de Colombia, muchos compararon la estética del relato, por momentos inquietante y dramático, con los trabajos audiovisuales de Terrence Malick.
Acompañan a Cafferata, la actuaciones de Viña Machado y Juan Manuel Díaz.
“Sea child” se vió también en el Festival de Cine de Toronto de 2014.
Marina, que actualmente enseña escritura de guiones en The New School de New York, acredita en su filmografía los cortos “Canción de cuna para Ray”, “Christina y Nikki” y “El silencioso amor de los peces”; proyectado en numerosos festivales internacionales de cine.