A diferencia de lo que se desprendió de la eliminación de la Argentina, nadie podrá decir que Brasil no tuvo proyecto o -mucho menos- una identidad de juego. En todo caso, la salida del equipo de Tite en cuartos de final responde a una serie de factores que no surgieron solamente por debilidades propias, sino también por virtudes de esta Bélgica que dio la talla para ir en busca del título.
Hablar de laterales es hablar de Dani Alves, de Marcelo... Y la lesión del crack del PSG, el futbolista más ganador de la historia del fútbol (38 títulos) no pasó desapercibida. Con decir que Tite incluso apostó por Danilo, que duró apenas un partido y luego lo tuvo que reemplazar por Fagner, quien llegó al Mundial con sólo 170' jugados con su seleccionado. ¿Algo más? La baja de Casemiro fue terrible para Brasil porque perdió a un jugador clave en una zona donde Hazard se hizo dueño y se llevó puesto a Fernandinho.
Willian llegó al Mundial con la flechita hacia arriba: se había transformado en un extremo por derecha imparable, con llegada y gol, pero apenas tuvo 45' de lucidez en todo el certamen: el ST ante México. Después, una sombra... Lo mismo que Gabriel Jesús, este delantero por el que Guardiola suplicó para el Manchester City y que venía siendo el goleador de la era Tite. ¿Y qué pasó? Jugó los 5 partidos y no pudo mojar en ninguno.
Tras esa fractura en el quinto metatarsiano del pie derecho, Neymar llegó con lo justo y nunca logró jugar en su plenitud física. Recién en el choque de octavos ante México mostró su calidad. Antes de eso, se habló más de las faltas que recibió (y de las que simuló) que de su aporte para un equipo que se recostó más en el fútbol de Coutinho que en su propio 10. Se le destaca su temperamento para buscarla siempre, para involucrarse, y esos dos goles que lo catapultaron como el máximo artillero del ciclo Tite (11 gritos) y el tercer máximo goleador de la historia de Brasil con apenas 26 años y varios mundiales por delante.
Lo dicho: la intención y propuesta de Brasil no se discute, aunque sí se pueden cuestionar sus formas. A los de Tite no les faltó capacidad para generarse lugar, o bien ser pacientes hasta encontrar su lugar para romper líneas defensivas. Sin embargo, le costó horrores transformar las situaciones en goles. Hasta el juego de ayer contra Bélgica, la Canarinha era el seleccionado que más veces probó al arco (103 disparos) y el que más veces le acertó al arco (38), aunque sólo marcó 8 en 5 juegos.
Luego de una eliminatoria en la que sacó el 76% de los puntos y se floreó, Brasil siempre jugó con la cabeza de un equipo ganador. ¿Qué tiene de malo eso? Que llegó al Mundial sin experiencia en otro aspecto que también puede ser decisivo: no está acostumbrado a sobreponerse a golpes. Por supuesto que eso también indica su fortaleza defensiva, tal vez uno de los pilares de la era Tite, aunque en Mundiales no todo es color de rosa.
