La tarde de ayer comenzó a tener otro color cuando trascendió que el Gitano no estaba bien. Muchas de sus “nenas” y la prensa de todo el país se congregaron en el hospital Italiano, sitio en el que el hermetismo no auguraba buenas noticias. El presagio se confirmó cuando el cardiocirujano Claudio Burgos dijo: “Es el peor momento desde su ingreso al hospital”. La espera se hizo interminable y la mala noticia llegó a las 20.40: Sandro murió.
La desolación de sus seguidores comenzó en Mendoza y rápidamente se trasladó al resto del país y de América. Roberto Sánchez, con 64 años, no pudo resistir la infección generalizada que atacó su cuerpo en la jornada de ayer, después de haber recibido un trasplante cardiopulmonar y haber luchado 45 días por su vida en la provincia.
En la madrugada de hoy sus restos viajaron en avión hacia Buenos Aires para ser velados en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación.
Fue Burgos, el médico que le practicó el trasplante el 20 de noviembre, quien dio la noticia en la puerta del Italiano. “Sandro dejó de existir por un shock séptico que se complicó con una necrosis intestino mesentérica y una coagulopatía mesentérica y una coagulopatía por consumo”. Con estos términos técnicos/médicos, el cardiocirujano explicó que el cantante no pudo resistir el cuadro infeccioso, que ya estaba en todo el organismo.
Un desolador grito de los fanáticos que estaban alcanzó las palabras en la puerta alcanzó las palabras del médico, que rápidamente ingresó al hospital. Una mujer se desmayó al conocer la noticia, muchas otras comenzaron a rezar incesantemente y las repercusiones de su fallecimiento ya estaban en las pantallas y monitores de toda la Argentina.
“Lo vamos a llevar siempre en nuestro corazón, con su música crecimos y nos enamoramos. Luchó hasta donde pudo y más”, se lamentó un grupo de fanáticas en la tarde/noche de ayer.
El destino de sus restos
El gobernador de la provincia, Celso Jaque, habló con la familia para ofrecerle cualquier cosa que necesitaran en este difícil momento. Sin embargo, fue la obra social del cantante la que consiguió un vuelo especial para trasladar el cuerpo a Buenos Aires. Según se informó, al cierre de esta edición, el ministro de Salud local, Juan Carlos Behler, dijo que el avión saldría alrededor de la una de la mañana y transportaría a Sandro y a su familia.
“Pese al dolor, Olga reconoce la labor de los médicos. Dijo que nos quedáramos tranquilos, porque sabe que hemos hecho lo técnica, científica y humanamente posible”, manifestó anoche el funcionario, quien se encontraba con la esposa de Sandro en el interior del hospital Italiano. “Los hijos de Olga están realizando los trámites de rutina para estos casos; luego irán a su domicilio y de allí al aeropuerto”, comentó.
Al cuerpo de Roberto Sánchez se le practicó una técnica para demorar la descomposición final, que se denomina tanatopraxia. Este tratamiento permite transportar y mantener el cuerpo por el período necesario.
En Mendoza, esta técnica sólo la realiza Enrique César Mangione, titular de la cochería De La Merced, de Maipú. Hasta allí fue transportado el cuerpo de Sandro, unas tres horas después de su fallecimiento.
Allegados a la empresa aseguraron que lo que se trata de obtener con este tratamiento es que la gente pueda observar “a simple vista” un cuerpo parecido a su existencia en vida. Para lograrlo le aplican a los restos una inyección vascular, soluciones acuosas y químicos germicidas solubles; con esto se borra cualquier efecto de enfermedad o sufrimiento, es decir, se mantiene un cuidado estético del cadáver. (...)
Una tarde triste
La jornada de ayer no había comenzado bien. En menos de 24 horas Sandro tuvo que soportar dos intervenciones; nuevas complicaciones opacaban seriamente su recuperación.
Una nueva fístula que apareció en el bronquio izquierdo malogró su estado, lo que obligó a realizarle una quinta cirugía. Desde el nosocomio pidieron 40 dadores de sangre, situación que daba muestra de la gravedad del cuadro.
El parte médico emitido al mediodía de ayer decía que seguía en estado “crítico” y que cada minuto y cada hora contaban en la recuperación.
Mientras corría la tarde, la salud de Roberto Sánchez empeoraba. El músico fue sometido a una laparoscopía que tuvo como objetivo limpiar la zona bronquial y permitir una mejor oxigenación de la sangre, sitio en el que presentaba la infección.
“La reversibilidad del cuadro es difícil, pero no es imposible”, recalcó Burgos en compañía de Sergio Perrone, el médico personal del cantante. Sin embargo, los rostros de los profesionales ya mostraban la situación de extrema gravedad. Finalmente, y cuando Olga en compañía de sus dos hijos estaban tomando un café en el buffet del hospital, un guardia les trajo la peor noticia.
La mujer salió corriendo del lugar y fue la señal de que la batalla del ídolo había terminado.