El próximo 10 de abril se cumplen 85 años del fallecimiento de Cecilia Grierson, primera médico argentina y latinoamericana. Momento más que oportuno para recordarla. Hija mayor de los inmigrantes escoceses Jane Duffy y John Parish Robertson Grierson, Cecilia nació en Buenos Aires el 22 de noviembre de 1859. Su infancia se desarrolló en Entre Ríos y Uruguay.
El temprano fallecimiento de su padre la obligó a trabajar desde los 13 años como maestra rural. Su madre, también maestra, falleció poco después. Huérfana y con dieciocho años, Grierson decidió trasladarse a Buenos Aires para estudiar la carrera que venía ejerciendo.
Hacia 1878 logró recibirse de modo destacado por lo que el mismísimo Domingo Faustino Sarmiento la ubicó en una escuela para varones.Nuestra protagonista trabajó allí durante algunos meses y a los 23 años ingresó a la Facultad de Medicina. El interés por esta ciencia surgió al enfermar su gran amiga Amelia Kenig. Deseaba ayudarla a mejorar, pero lamentablemente la joven falleció.
Comenzar a estudiar no fue tarea fácil, por entonces existían restricciones para las mujeres. Grierson elevó una nota a las autoridades y fue aceptada. Entonces comenzó su gran hazaña vital. Mientras llevaba al día su carrera fundó la primera escuela argentina de enfermeras en su propio hogar.
Tras recibirse, en 1889, acompañó al mítico Dr. Emilio Coni. Éste se desempeñaba entonces como director de la Administración Pública en la ciudad de Buenos Aires y logró con seguirle un local para la Escuela de Enfermería.
Cecilia trabajó en el hospital San Roque como ginecóloga y obstetra. A pesar de tener el título de cirujana, por el hecho de ser mujer tuvo prohibió ejercerlo. Fue esta una de las pocas murallas que no logró derribar.
Hacia 1892, fundó la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios y en 1900 el Consejo Nacional de Mujeres. Nunca dejó de lado su pasión por la enseñanza: dictó clases de anatomía en la Escuela Nacional de Bellas Artes y también en la Universidad. Además colaboró con la Cruz Roja. La Dra. Grierson viajó a Europa en 1899. Por pedido del Gobierno Argentino visitó institutos de niños discapacitados y escuelas del viejo mundo buscando conocer adelantos.
En Francia tomó cursos de perfeccionamiento en su especialidad y regresó al país al año siguiente. De este viaje surgió un texto titulado "Educación técnica de la mujer", leído en el Primer Congreso Femenino Internacional realizado en Buenos Aires. Encuentro que presidió en 1910.
En aquella oportunidad se reunió con otras grandes luchadoras argentinas como Julieta Lanteri -también médica y primera mujer en sufragar- y Alicia Moreau. Fueron invitadas personalidades internacionales como María Curie y María Montessori. Como vemos, paralela y simultáneamente a su desempeño profesional llevó la bandera del primer feminismo, luchando por la igualdad de género.
En el marco de una sociedad machista donde era marginada y combatida, bregó por una reforma política y civil. Con dicho fin demostró la discriminación de las leyes nacionales contra las mujeres a través de una famosa investigación. La misma arrojó por resultado que las mujeres adultas tenían los mismos derechos que un niño. En 1926 sus escritos se tuvieron en cuenta a la hora de realizar modificaciones legales en este aspecto.
Hacia el final de su vida Cecilia Grierson incursionó en el arte como escultora y pintora. Sobrevivió gracias a una ajustada jubilación, muriendo en 1934. Sin descendencia donó sus pertenencias al Consejo Nacional de Educación y su ejemplo a las próximas generaciones.