La realidad apremia y las consecuencias se ven en todos los ámbitos. Según datos provistos por el Instituto Nacional de Vitivinicultura, al 31 de julio, 132 bodegas están paralizadas por falta de pago a Coviar. La suma es importante, si se tiene en cuenta que en Argentina hay 918 bodegas elaboradoras, lo que implica que el 14% del total de establecimientos del país está en situación de mora. No obstante, desde el INV, aclararon que es una suma menor a la registrada en junio, cuando los establecimientos paralizados llegaban a 200.
Para Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, este es un hecho flotante. “En realidad, las bodegas no pagan, y terminan realizando el pago cuando tienen que movilizar el vino. Esto es consecuencia de que se ha ralentizado el volumen que se comercializa, es un síntoma de que no hay ventas. Ahora, una vez que empiece a moverse el mercado van a pagar. Al fin y al cabo, el aporte de Coviar es mínimo”.
Atentos a esta situación, hace unas semanas se anunciaron algunas medidas para flexibilizar los pagos en Coviar. Entre ellas se propone un descuento del 10% por pago contado, también se puede realizar en 10 cuotas sin interés. Y además, en situaciones particulares y por única vez se considera la cancelación hasta la venta del vino.
Juan Carlos Pina, de Bodegas de Argentina, admitió que el escenario es complejo para todos y que la Coviar no lo desconoce. “Claramente hay una situación real que le complica la vida al sector y desde la presidencia se tomaron una serie de medidas para flexibilizar los pagos. Estas medidas son tendientes a considerar demoras en los desembolsos, pero lo cierto es que hay que amoldarse a lo que estamos pasando”.
Un impuesto más
Hace un tiempo que al menos dos entidades gremiales vienen hablando sobre el tema del cambio de rumbo de Coviar pasando de lo estructural a la coyuntura.
De hecho, desde el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, en reiteradas ocasiones han dicho que “la gente vive a la Coviar como un impuesto”.
En este sentido, Mauro Sosa sostuvo que “no nos sorprende que no se haya modificado nada en relación a las paralizaciones por la falta de pago de Coviar. Muchas bodegas que están paralizadas tienen la necesidad de mover vino pero no pueden”.
Para Sosa, hay que analizar el tema de fondo, que es la falta de competitividad, algo que no se ha corregido, por lo que estamos en esta situación tan complicada para el sector.
En tanto, consultada sobre el tema, la dirigente Gabriela Lizana, de Aproem, sostuvo que “en Coviar el sector productivo se siente poco representado. En el Pevi se habla de la integración rentable de los productores, y eso todavía no ha sucedido”.
Lizana aseguró que la industria está claramente “en crisis total, esta semana le hemos pedido a la Legislatura de la provincia que declare a la vitivinicultura en emergencia económica”.
Lobby y pedido de revisión
En un proyecto de resolución presentado por el diputado nacional Roberto Pradines (PD), se sostiene en los fundamentos que “a diez años de su creación, el Plan Estratégico Vitivinícola (PEVI) ha dejado de cumplir con los objetivos de su creación y se ha transformado en una herramienta de lobby al servicio de unos pocos”.
Y además afirma que “el sector privado ha perdido protagonismo a manos del sector gubernamental, que el gasto administrativo del PEVI excede ampliamente el tope legal del 3% y que la Corporación ha manejado en 10 años más de 500 millones de pesos con resultados modestos”.
El proyecto pretende poner en revisión los objetivos del PEVI 2020 y formar una comisión para ello. Consultado por Los Andes, Pradines sostuvo que “es necesario rever los objetivos del PEVI, ya que no están cumpliendo. Por citar uno: la integración de los productores que propone el plan no se ha cumplido. También hay que analizar qué pasó con la promoción del vino en el mercado interno”.
El legislador aseguró que el proyecto será tratado en las próximas semanas en la comisión de economías regionales del Parlamento nacional y de ahí se estudiará su aprobación.
Gabriela Lizana de Aproem, también se mostró a favor del proyecto presentado por Pradines y dijo: “No entiendo por qué hay tanta resistencia a la revisión del plan estratégico si la vitivinicultura se cae a pedazos. Nosotros apoyamos el proyecto presentado por Pradines en la Nación”.