Y un día volvió al ruedo. Pasó mucho tiempo, las polémicas, los grandes interrogantes… Pero finalmente Jaime Ayoví se puso nuevamente la camiseta del Tomba.
Con el traje que mejor le calza: el de goleador. Jaime lo hizo posible, resucitar al Bodeguero en un momento y cortar una racha de 802 minutos sin gritar de visitante.
La lesión (desgarro) que sufrió en la previa de la Copa América lo tuvo fuera de las canchas más de lo establecido en los estudios preliminares- se dijo que existió un error de los facultativos en una clínica del vecino país-.
Primero se perdió el certamen en Chile, y luego miró desde la tribuna siete partidos del certamen local desde que asumió Gabriel Heinze y se reanudó el campeonato.
Tigre tuvo que ser la estación para que el ecuatoriano se subiera al Expreso mendocino, ya recuperado al ciento por ciento físicamente.
La historia del ecuatoriano, en esta parte del año, ha sido controversial ya que se resintió en la pretemporada y eso generó su enojo y fuertes declaraciones públicas, algo que el DT no dejó pasar y también expuso su firme pensamiento sobre la actitud del goleador. Frases cruzadas que asomaron un frente de tormenta.
Las cosas no estaban bien y hasta hubo un pedido de resarcimiento económico por parte de Godoy Cruz a la Federación de Ecuador, reclamando que no podía utilizar al futbolistas.
Las aguas se calmaron, seguramente después de una charla entre el jugador y el Gringo, se bajaron los decibeles y el delantero se dedicó a ponerse bien físicamente.
La idea era no arriesgarlo para evitar mayores problemas, hasta que en Victoria fue la cita para el “rebautismo”.
La presencia del ecuatoriano pasó desapercibido para los hinchas Bodegueros que celebraron en la previa su presencia en el campo de juego.
En la primera etapa La Yoya no apareció con su jerarquía habitual y lució desconectado en el juego colectivo con sus compañeros. Más allá de que Heinze lo quiere como nueve bien metido en el área, ante la falta de llegada del equipo salió unos metros hacia atrás para conectarse frecuentemente con la pelota.
Tuvo una chance en el arranque del encuentro, cuando un centro de Zárate fue desviado a medias por D’Angelo y quedó mal parado para resolver. El balón quedó picando pero no lo encontró con justeza para empujarlo al fondo del arco.
Después muy poco para rescatar, como todo lo que hizo el elenco del Gringo.
La mano no venía bien. Al conjunto del Gringo le costaba hacer pie y generar peligro en el área del Matador, pero él resurgió en las alturas y facturó de cabeza para encender la ilusión. En un segundo se reencontró con el sabor de la conquista.
No le alcanzó a Godoy Cruz. Los errores derrumbaron toda la ilusión. Pero Ayoví está en carrera con sus goles.
Una novela con muchas controversias
“Si el lunes no puedo entrenar con normalidad, puede que viaje a Ecuador para ver a mis médicos de confianza y recuperarme allá”. Las declaraciones de Ayoví a un medio de su país, generó malestar en el cuerpo técnico y la dirigencia. Gabriel Heinze recogió el guante y le contestó sin dudar: “Si dijo eso habla mal de Ayoví. Las cosas se hablan adentro”.
El panorama, en ese momento, era turbulento y con los días bajaron los decibeles. El delantero terminó bien la recuperación y se firmó la paz.
