Mientras el sector mostero pule detalles del Plan estratégico con la idea de lanzarlo a principios de diciembre, de a poco se enciende una mecha que será difícil de apagar al menos hasta fin de año. Es que el partido anual que juegan mendocinos y sanjuaninos para definir la pauta diversificadora a mosto tiene un puntapié tempranero e inusual desde la vecina provincia: la propuesta es que el acuerdo que va a cumplir 20 años, y fue del 32% en 2013, arranque en no más del 10% a fuerza de stocks excedentes y bajos precios.
“Todavía no se ha tomado ninguna decisión, pero a la brevedad deberá surgir de lo que traten los ministros de Mendoza, San Juan y La Rioja. Es un año bastante diferente al anterior, hay varios elementos que se analizan, pero hasta el momento sí está dado el escenario para ese porcentaje, salvo que surjan otras alternativas para favorecer la salida del mosto. Lo cierto es que los gobiernos tendrán que ayudar al consenso”.
Los dichos del director de Asuntos Vitivinícolas de San Juan, Jorge Escobar, ponen blanco sobre negro acerca del disparador de la propuesta, que de confirmarse sería el cupo más bajo desde 1999. Las “otras alternativas” son compra de mosto vía fideicomiso y modificar las alícuotas de las bebidas analcohólicas que usen mosto para edulcorar, un recurso que debe ser ley y no garantiza impacto en el corto plazo.
Centrados en “hacer los deberes”, primero con un Manual de buenas prácticas en busca de estandarizar la calidad, y ahora con un plan que incluye más promoción internacional e inversión en tecnología, desde la Cámara de Productores y Exportadores de Mosto prenden la luz de alerta.
Para el gerente, Sergio Colombo “es contradictorio teniendo en cuenta la postura pro-mosto que siempre tuvo el gobierno de San Juan. Un mensaje que no le hace bien a nadie. Que así vaya a aumentar el precio es tan válido como que desequilibrará al resto”.
Un tono más crítico es el de la Asociación de Viñateros de San Juan.“Un 10% es ridículo, demuestra desconocimiento de la industria vitivinícola”, enfatiza su titular, Juan José Ramos, quien admite que “hoy sobra mosto y se acumulan stocks de vino. Al 1° de junio tendríamos seis meses, por eso pedimos que la fecha de liberación sea en agosto” .
El dato
Coincidentemente, los actores del mosto, tanto de Mendoza como de San Juan aseguran que es del orden del 10% lo que la helada se llevó de materia prima para la industria del jugo concentrado (se estiman unos 20 millones de kilos). Y aunque consideran que no mueve la aguja, sí coloca a blancas como Pedro Giménez en el tironeo entre el mosto y el reemplazo de la uva vinificable que se perdió (chardonnay, chenin).
También ronda el 10% la caída de la producción comercializada respecto del 2012. De unas 150 mil toneladas colocadas el año pasado, de acuerdo a las estadísticas del sector, en ésta temporada la situación cambió: la producción fue de 187 mil toneladas, de las cuales se comercializaron 140 mil.
Así, el impacto en los precios fue en la misma medida: en noviembre de 2012 el litro de sulfitado superó los $ 2, un año después apenas roza $ 1,80.
“La fijación del porcentaje ya perdió su propósito original. Determinar un cupo para después no poder colocar la producción no tiene sentido; para que sea genuino el negocio tiene que responder a las variables del mercado. Si tengo un mosto de 10 y el mercado no me paga más de 8 tengo que buscar como cubrir esa diferencia”, analiza el presidente de Bodegas de Argentina, Juan José Canay.
Ramos va más allá. “Con un pauta inferior al 20% el convenio se disuelve. El problema de fondo es la competitividad y la pérdida de mercados; necesitamos un mecanismo que permita exportando”. Con un mes y medio por delante, el pronóstico de cosecha (cuyos números se manejaran puertas adentro de las oficinas de los funcionarios) será clave para saber qué tan dura será la discusión que viene.