La cultura vitivinícola, arraigada fuertemente a la tradición local, es uno de los temas que más ha convocado a nuestros artistas. Distintas generaciones han abordado, con diferentes técnicas y estilos, aspectos particulares relacionados con la vid, la cosecha y el vino.
Por Natalia Encinas
La industria vitivinícola, el fruto de la vid, el trabajo de la cosecha o el vino en sus diversos sabores y colores han inspirado, durante el siglo XX y hasta la actualidad, a múltiples artistas mendocinos. Tan hondo es su arraigo en la cultura local que la temática atraviesa, en diferentes estilos, materiales y disciplinas, la historia del arte de Mendoza. Esta nota es una invitación a hacer memoria, a repasar la obra de algunos artistas plásticos que ya no están pero han dejado un valioso legado de obras en las que la vendimia y el paisaje del vino son protagonistas.
Ángel Pérez Vega
También, un homenaje especial a José Bermúdez quien, con su inconfundible estilo continúa, deleitándonos con sus escenas de vendimiadores. Además, un recorrido por la obra de algunos artistas de generaciones más recientes que hacen de ésta una temática vigente y privilegiada de sus series.
LEGADOS DE VENDIMIA
Afiche vendimial de 1978, de Orlando Pardo
Este reconocimiento a exponentes de la pintura local que han representado temas vendimiales es, sin dudas, acotado; pues hay muchos grandes artistas que han abordado el tema con particular sensibilidad y talento. En esta inevitable selección comenzaremos por destacar el legado de quien ha sido calificado como “el pintor de la vendimia”. Nos referimos a Ángel Pérez Vega quien, en palabras de su hija y representante Stella Maris, “dedicó su vida a llevar la Vendimia de Mendoza a todo el mundo, destacando particularmente el factor humano de la misma”. A lo largo de su prolífica obra, durante sus 50 años de pintura realizó alrededor de 2.000 trabajos en las que abordó distintos aspectos relacionados con Vendimia. Por su labor dedicada apasionadamente a la temática fue reconocido y premiado en Mendoza y el país. En cuanto al estilo, transitó desde el Cubismo, el Fauvismo, el Impresionismo y el Expresionismo, y utilizó distintas técnicas como el óleo, la acuarela, el pastel, grafito, collage y técnicas mixtas. Actual difusora de su obra, su hija destaca fundamentalmente “el valor arquetípico patrimonial de la pintura de Ángel Pérez Vega”. Este valor proviene de distintos aspectos de su legado artístico: geográficamente, por la representación de la geografía típica de Mendoza; históricamente, por abordar distintos momentos del proceso vitivinícola propios de una etapa de la misma –siglo XX, desde 1943- ; y social, por dedicarse a pintar el factor humano de la vitivinicultura: el viñatero, el bodeguero, las mujeres y familias en el trabajo en la vid.
José Bermúdez
Sus cuadros, presentes en múltiples exposiciones y reproducidas en diferentes impresos y formatos, están profundamente arraigados en la memoria social de nuestra provincia, especialmente aquellas en la que se aprecian las labores de cosecha, con esperanza y alegría, pero también rostros que dejan entrever las muchas veces injustas y duras condiciones de la actividad.
"El tema de la Vendimia es obligatorio, soy mendocino y es un modo de hacer, de trabajar, de producir", apunta el artista José Bermúdez.
Alberto Thormann. Sólo ella
En este sentido homenaje, es infaltable la mención a Orlando Pardo, indiscutido referente de la pintura local y a quien despedimos el año pasado. Su vínculo con Vendimia proviene, especialmente, por haber sido el autor, en dos ocasiones, de la imagen de afiches de la Fiesta Nacional de la Vendimia. Las gráficas de 1978 y 1981 llevan sus pinceladas y han pasado a formar parte de la historia de la fiesta más importante de la provincia.
LAS VENDIMIADORAS DE BERMÚDEZ
José Bermúdez
Sus mujeres con el típico pañuelo en la cabeza son, quizás, la marca más reconocible de su producción artística dedicada a la temática. La obra de José Bermúdez, quien transita lúcido y activo sus 92 años, es inmensa y supera ampliamente el tema vendimial pero guarda con él un especial vínculo. “El tema de la Vendimia es obligatorio, soy mendocino y es un modo de hacer, de trabajar, de producir. He tenido, necesariamente, que incluir el tema, que he trabajado entre otros”, nos cuenta diálogo telefónico mediante. Su estilo, sus colores, sus líneas y las miradas profundas de sus personajes son inconfundibles y forman parte de una estética que lleva su marca personal. Bermúdez ha retratado instantes del trabajo entre las viñas, momentos de descanso, de remanso y de acción con una sensibilidad conmovedora. Es, sin dudas, uno de nuestros más destacados artistas y ha dedicado a esta temática un importante capítulo de su trayectoria dejándonos decenas de obras para continuar descubriendo y maravillándonos.
NUEVAS GENERACIONES HONRAN AL VINO
Artistas de generaciones recientes también se ven atraídos por la cultura del vino y todo aquello que de la misma nos rodea cotidianamente. Algunos de ellos comparten aquí su obra, dando cuenta de la amplitud de miradas y enfoques que aún hoy suscita el tema.
LAURA RUDMAN Y LO COTIDIANO
Patios y galerías embaldosados en los que el parral es protagonista, rincones en los que se cuela algún utensilio de poda, escenas cotidianas en casas típicas de esta parte del mundo. Laura pinta pequeñas tradiciones, espacios domésticos, retratos de un momento que podría habitar cualquiera en este momento y que probablemente muchos rememoramos de la infancia. Su obra guarda algo de añoranza, de atesorar recuerdos traídos por objetos y espacios. Y allí, en esa cotidianeidad, aparecen las hileras de viñas o el pequeño parral, la relación con esa planta que supo ocupar –y aún lo hace- patios y pequeñas fincas.
Laura Rudman. Deshojando, de la serie "Historias de Amor".
"La temática del vino atraviesa mi obra. Aún, cuando el tema sea otro, siempre aparece el paisaje, el objeto que puede relacionarse con el vino, algún símbolo. Y creo, en mi caso, que no hay misterio, soy mendocina y me conmueven las historias cotidianas, mínimas. Allí, detrás de la forma en que se enrosca un zarcillo o en el modo en que se dibuja la sombra del parral, ahí aparece lo que quiero contar.", explica Laura.
Laura Rudman. De fronteras y odiseas
ALBERTO THORMANN, TRAZOS DE VENDIMIAS
Su obra posee una fuerza particular; de trazos expresionistas y rasgos oníricos típicos del Surrealismo, los paisajes de viñedos y el vino aparecen en distintas series y atraviesan aún sus creaciones abstractas. “Actualmente estoy en un período de investigación de la imagen, la línea, las redes, y en un proyecto muy abstracto en donde no tengo duda de que la tierra, su fruto y específicamente la vitivinicultura también están insertas”, sostiene.
Alberto Thormann. Sensaciones de vendimia
En series anteriores el tema del vino aparece de forma más figurativa, aunque siempre dentro de su estilo. En cuanto a su forma de trabajo, señala que ésta “tiene que ver con recolectar imágenes, lecturas, objetos y pensamientos que se almacenan directamente o no y que forman parte de mis raíces más profundas. Muchos me preguntan por qué hay peces en mis cuadros y una de las razones es que en nuestra montaña encontramos fósiles de millones de años que nos permiten relacionar, pensar y crear a partir de estas matrices. Con la temática del vino y su inclusión en mi obra pasa lo mismo; soy un admirador de los procesos y creo que no podemos vivir en Mendoza sin un registro de lo que es el vino, sus aromas, sabores, su gente y su pensamiento en constante evolución. Mi visión está marcada por el ensamble de muchas relaciones significantes, el hombre y su entorno. Es consecuencia del rastro y la experiencia singular, donde no puedo dejar de recolectar el racimo y el producto que nos da nuestro terruño”.
"Soy un admirador de los procesos y creo que no podemos vivir en Mendoza sin un registro de lo que es el vino, sus aromas, sabores, su gente y su pensamiento en constante evolución", señala el pintor Alberto Thormann.
FLORENCIA AISE, TRAS LOS RASTROS DE UNA HERENCIA
Talentosa y joven, la carrera artística de Florencia se encuentra en pleno auge tras la gran repercusión que obtuvo a raíz de su exposición en el último Art Basel Week de Miami Beach. Su obra tiene varias series dedicadas a frutos y bodegones en los que la uva es protagonista. Al indagar en el origen de esa inspiración, Florencia explica: “Desde 2003 que vengo retratando temas vitivinícolas en mis cuadros. En parte, creo que eso se debe a que mis dos abuelos, tanto el paterno como el materno, tuvieron bodegas y desde chica tuve contacto con las uvas, los viñedos y los vinos”. A esto, cabe añadir que es sobrina del reconocido enólogo Mariano Di Paola, lo cual también explica -de algún modo- su vínculo con la vitivinicultura.
Florencia Aise. En el parral II
En cuanto a su predilección por representar de forma fiel el fruto de la vid, la artista señala: “Siempre me interesaron más las uvas porque considero que son el primer eslabón de una larga cadena que finaliza en los vinos. Creo que la geometría perfecta de cada grano, de cada racimo, esconde una belleza infinita que siempre he querido capturar. En ese instante, creo que toda la belleza del mundo cabe aún en una sola gota de agua. Esa es la máxima que inspira mi obra y que deseo transmitir al público. Afortunadamente, he tenido una muy buena respuesta cuando me ha tocado exhibir las obras de esta temática. Incluso, cuando me invitaron a ir a Estados Unidos, pude presentar el cuadro Malbec y fue muy lindo ver cómo la gente reaccionaba al enterarse que la obra se pintó porque soy de Mendoza y que nuestra provincia es conocida en todo el mundo por su vitivinicultura y por nuestra cepa insignia”.
Agradecimientos: a los artistas por las imágenes para esta nota; a Stella Maris Pérez Vega, Liliana Bermúdez y Marcos Álvarez. Las imágenes de los afiches vendimiales son gentileza del archivo de Ariel Sevilla.