Para el empresario Fernando Mut, propietario de Flores Meryland, los ciclos de la vida están marcados por flores; son regaladas para los nacimientos, aniversarios, días especiales como el de Día de los Enamorados, incluso son obsequiadas para homenajes y recuerdos de muerte. Tanta demanda actual haría prever que es un negocio en auge.
Sin embargo, para el empresario, las flores que aún son comercializadas en negocios con vidriera a la calle ya tienen los días contados, debido a la presencia masiva de negocio informales de venta callejera. El mercado negro es tan negativo que según Mut no sólo le ocasiona la migración de clientes, sino también el cierre de algunos canales de comercialización como los hospitales.
-Entonces ¿cuál es el presente global del mercado de flores en Mendoza?
-Si bien no contamos con datos oficiales, en la provincia la producción es grande. Aproximadamente existen 100 productores que facturan varios millones de pesos en forma anual. Lamentablemente es una actividad sin controles impositivos de los entes oficiales. El 99% de los vendedores y productores de flores que existen en la provincia no están inscriptos por tener puestos ambulantes. Si tomamos en cuenta que Mendoza es la tercera productora de flores, que el mercado en nuestro caso esté decreciendo, nos despierta mucha sospecha.
-¿Por qué?
-La realidad es ésta; en los años 1950 y 1960 existían entre 50 y 60 florerías en Mendoza, o sea eran negocios instalados con ventas a vidriera. Estamos en 2016 y sólo existimos 2 florerías en el microcentro o sea que en vez de existir una evolución de negocios de ventas de flores hay una disminución muy grande.
Pero la misma problemática de Mendoza sobre el cierre de florería lo tiene todo el país. En Buenos Aires, hace unos años atrás se hablaba que existían 2 mil florerías en el microcentro y ahora quedan 500 y todas tienen el mismo problema de la venta callejera e ilegal que nadie sabe cómo atacarlo.
-¿Y por qué tanta proliferación del mercado informal?
-Es simple. La aceptación de ciertos municipios de habilitar puestos ambulantes que son ficticios, porque a veces hay propietarios que poseen entre 5 y 6 puestos ambulantes y manejan esos negocios. La cantidad de puestos que hay recorriendo La Alameda es grande y no puede ser que tengan un movimiento mínimo de flores siendo que Argentina es el tercer productor en Sudamérica.
-Ustedes ¿cómo logran subsistir?
-Es muy difícil competir. Mi hermano y yo somos los últimos de una generación de 90 años dedicados a la florería. En el presente, a lo que apelo en mi negocio para enfrentar la venta informal es traer mercadería importada y de ciertas regiones de afuera, pero aún así los negocios informales tratan de copiar. Si uno compara la cantidad de flores que posee un solo puesto de la calle, duplica o triplica lo que puede tener una florería instalada. La gran diferencia es que un negocio legal debe pagar impuestos, IVA, empleados, seguros. Los de la calle no pagan esos ítems.
-El Día de los Enamorados ¿qué papel juega?
-Nosotros vamos a vender un 50% menos que el año pasado. Por tres razones: primero, porque este año ese día cae en domingo; segundo, porque no hay mucha producción y tercero, porque la producción buena de Colombia, de Ecuador, va direccionada a muchos países y en ese contexto Argentina recibe el 10%. Ahora si los ramos están hechos con flores más básicas, como montoneras, san vicente, lisianthus, hay producción más que suficiente. Son las que se venden hoy y hacen bulto.
Para nuestro sector desapareció el Día de la Madre, de la Secretaria, Año Nuevo, Navidad. Nos mantenemos con la venta diaria. También se van perdiendo ciertos canales de comercialización que ya teníamos ganados, como los hospitales. Al entrar flores de venta callejera son puestos que no están controlados, no poseen limpieza ni higiene permanente, y está comprobado que en las flores los que producen olor son los tallos.
Esos envoltorios, cuando entran con tallos sucios a los hospitales ocasionan que las flores despidan olores poco confortables. Entonces se empezó a decir en los hospitales que las flores traían bacterias lo cual es verdad si no son adecuadamente tratadas. Por esa razón, por olor y bacterias, ya hay dos o tres hospitales que no nos permiten entrar con mercadería para los nacimientos siendo que nosotros tenemos los mayores controles sanitarios pero pagamos las consecuencias de la escasa higiene de los puestos callejeros.
Reconversión hacia las flores
-El cliente a los largo de los años ¿fue cambiando sus hábitos de consumo?
-Siempre hemos tenido una clientela muy amplia: desde los nacimientos, cumpleaños, aniversarios sepelios, ha sido siempre la misma.
-¿De dónde surge la materia prima?
-La única flor importada que llega de calidad al país son las rosas y todo lo demás son cultivos que existen en La Plata y algunas zonas específicas de Buenos Aires. Mire si será rentable la floricultura que ya en Mendoza, en la parte de cultivo de alimentación, se están produciendo cultivos de flores porque es más fácil vender 10 paquetes de flores, que 10 kilos de zanahorias.
-¿El ciclo es más corto de producción?
-No, es igual. Las flores tienen ciclos largos y complejos. Se necesitan invernáculos habilitados, desinfectantes y tampoco hay control impositivo, ni sanitario.
¿En cuál departamento se encuentra localizada la producción informal?
- En todos lados, principalmente Guaymallén, Rodeo del Medio, son las zonas de mayor cultivo. Hay productores que cumplen las reglas, pagan impuestos, pero una gran mayoría es informal.
Perfil
Fernando Mut (65) es casado, nació con el negocio de flores que fundó su abuelo José Fabricio quien supo tener los primeros cultivos de flores de la provincia hace más de 90 años. La florería Meryland, en pleno centro mendocino, ya cuenta con 42 años y es gerenciada por la cuarta generación de la firma familiar. En cuanto a la continuidad de la vida comercial de la florería, Fernando Mut descree que sus herederos continúen con el negocio. Su tiempo libre lo comparte con su familia y practica deportes.