La relación que solemos tener con los productos de software y hardware es compleja en términos de seguridad informática. Los usamos y disfrutamos de sus capacidades, pero al momento de tomar las medidas necesarias para resguardar nuestros accesos, nos quedamos a mitad de camino esperando que la automatización de cada sistema se encargue de cerrar el círculo de la privacidad.
Por supuesto que portales de servicios como Gmail por ejemplo poseen complejos mecanismos que intentan proteger al usuario de las amenazas más comunes que pueden surgir en Internet, pero poco pueden hacer si es el mismo usuario el que pone en peligro los datos que este almacena.
¿Alguna vez te has detenido a pensar quién puede acceder a tu correo? Navegadores compartidos, dispositivos móviles, clientes de correo externos y otras aplicaciones web pueden estar haciendo uso de los datos en tu cuenta de Google, y hoy te enseñamos cómo controlar quién entra, desde donde y cuando. ¿De que se trata?