Romper todo y empezar de nuevo. A eso se dedican los destructivos Transformers y su exitosa franquicia cinematográfica (con más de 2500 millones de dólares recaudados a nivel mundial), cuyo cuarto film se estrena hoy, de manera excepcional, en las salas locales.
De nuevo con Michael Bay en los controles -aunque el director había querido apartarse del proyecto-, “Transformers 4: La era de la extinción” apunta otra vez (como su nombre lo indica) a hacer de empresa de demolición de la humanidad y, ya que estamos, del cine.
No satisfechos con destruir Chicago en “Transformers 3: El lado oscuro de la luna” (2011), las criaturas de Hasbro regresan con ánimo Godzilla a esa ciudad y a Texas pero, en especial, a Hong Kong para hacer de las suyas. Es que buena parte de la acción se traslada a China, para aprovechar la creciente audiencia que provee el gigante asiático.
Shia LaBeouf, protagonista de los tres films anteriores, le cede al paso esta vez a Mark Wahlberg, quien interpreta al inventor Cade Yeager, responsable de encontrar un camión gastado en un cine abandonado. Catramina que no es otra cosa que Optimus Prime, el heroico líder de los Autobots.
A Yeager lo acompaña su hija, la infartante rubia Nicola Peltz, en cuyo cuerpo Bay encuentra el mejor condimento para la combinación carne-acero que en otras ocasiones alimentó la morocha Megan Fox.
Al elenco lo completa el siempre efectivo Stanley Tucci, quien hace de un científico obsesionado en crear su propia tropa de Transformers a partir de un elemento único llamado Transformium.
La trama, que además incluye al peligroso grupo Cemetery Wind gestado por Harold Attinger (Kelsey Grammer) -que persigue la aniquilación de los Autobots a mano del mercenario Transformer Lockdown-, no es en definitiva lo más importante de un film que tiene como leitmotiv la acción digital total, el choque visual de máquinas y cemento que es sello típico de Bay. Ya el cine abandonado en que Cade encuentra a Optimus Prime habla de un mundo analógico perimido al que “Transformers: la era de la extinción” vendría a suplantar con su artillería gráfica CGI.
"Secuelas, remakes, hoy en día las películas son un montón de basura", se queja el veterano dueño del cine al que se acerca Cade y agrega, señalando un póster del clásico "El dorado", de Howard Hawks: "Esa era buena". Pero Cade no cede y encuentra en el viejo camión algo que llevarse: "Mirá en la basura y encontrarás el tesoro", dice.
Entonces, el exceso visual de “Transformers” como el milagroso hallazgo que redimirá al cine en épocas de videojuegos, smartphones y pantallas gigantes. La manera determinada y autodestructiva de acelerar la agonía hace de Bay un Transformer más: el director se aferra a la vanguardia tecnológica como último estandarte posible, texturas y píxeles que conforman una híper-basura avasallante llamada a vengar al anticuado cine analógico.
Crítica y ficción
Aunque los críticos no estén muy de acuerdo con la supuesta innovación del planteo estético de Bay, veredicto lapidario que se hace sentir en el bajísimo promedio que le confieren al film los sitios Metacritic y Rotten Tomatoes, “Transformers 4: La era de la extinción” se erigió como el estreno más taquillero en los Estados Unidos en lo que va del año (atrás quedó “Capitán América 2: El soldado de invierno”) y en China la cinta asimismo la rompió, con 90 millones de dólares recaudados en la primera semana de estreno (en los Estados Unidos hizo poco más: 100 millones)
Así, el peyorativo mote de “porno de la destrucción” con el que fue calificada la película por parte de la crítica parece despertar adhesiones contrarias en la taquilla mundial, en especial en el gigante asiático, mercado al que “Transformers 4” apuntó de manera específica, mudando allí su historia e incorporando a protagonistas de ojos rasgados como la estrella Li Bingbing -que ya aparecía en “X-Men: Días del futuro pasado”, película que sumó 114 millones de dólares en China- y el cantante y actor Han Geng.
De todas maneras, el contenido chino en la cinta debe ser equilibrado, porque la fiebre de los jóvenes asiáticos por el cine estadounidense se apoya sobre todo en la devoción por lo occidental: “Tan pronto comiences a poner elementos chinos ellos lo pueden notar y puede resultar contraproducente”, afirmó el experto en sectores creativos chinos, Michael Keane. De hecho, películas hollywoodenses con temática oriental no recaudaron mucho en China
Transformaciones hacia adentro y hacia afuera, en estéticas y mercados: de eso va la escatológica y mesiánica “Transformers 4”, bodrio para algunos, final (y comienzo) de una flamante y prometedora era para otros. Todo pasa por la perspectiva, que puede hacer de una antigua basura sin valor un camión potente dispuesto a salvar las papas.
La ficha
“Transformers 4: La era de la extinción”.
Género: Acción, aventura.
Guión: Ehren Kruger.
Dirección: Michael Bay.
Con: Mark Wahlberg, Nicola Peltz y Jack Reynor.
Duración: 165 minutos
Apta para mayores de 13 años.
El film comienza hoy sus funciones normales en las salas.