Muchos de nosotros pertenecemos a una generación de usuarios que creció con computadoras, smartphones y conexiones a Internet, pero adaptarse a nuevos métodos electrónicos no siempre es tan fácil como operar Facebook y WhatsApp.
El Home Banking es una de esas cosas del mundo tecno que una gran cantidad de personas se niegan a adoptar, mayormente porque ciertos procedimientos de seguridad relacionados al uso de estas herramientas son confusos, y generan incertidumbre, algo que cuando se trata de manipular dinero puede ahuyentar hasta al más confiado de los usuarios.
Pero ya estamos casi en 2016, y es hora de amigarnos con la banca en línea. Operar nuestras cuentas vía Internet puede tener claros beneficios frente a métodos manuales. Seguridad, facilidad y velocidad son las tres claves de dominar el Home Banking. ¿Qué relación beneficio/riesgo tiene?