Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com
La pregunta surgió durante una charla sobre vitivinicultura que se dio en una universidad privada y estuvo a cargo del gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, Sergio Villanueva, pero fue el motivo central de una conversación que tuvieron bodegueros en una de las mesas de café de la Peatonal.
“¿Cuál es la realidad: tenemos excedentes o tenemos productos con o sin mercado?”, preguntó el dirigente vitivinícola al panel y la respuesta quedó flotando.
Al decir de los empresarios, hay señales que demostrarían que la situación no es tan seria como la que aparenta y destacan que en el primer cuatrimestre hubo una recuperación en las exportaciones, tanto en volumen como en valores, en lo relacionado a los vinos embotellados, aunque la situación no se da en los graneles.
“Esta situación no se puede explicar desde el punto de vista del valor del dólar o de las condiciones macroeconómicas”, dijo un bodeguero, quien agregó que “lo que está quedando en claro es que la Argentina sigue creciendo, a pesar de las dificultades”.
A punto tal llega el optimismo que consideran que, de continuar la actual tendencia, la Argentina puede llegar a superar a Chile, en lo que a exportaciones se refiere, en el corto plazo. Fundamentan su posición en que Chile prácticamente ha llegado a su techo exportable, sin mayores posibilidades de ampliarlo, mientras la Argentina sí puede hacerlo porque así lo señalan los propios expertos internacionales.
En el caso de los graneles, señalaron que las salidas al exterior pueden incrementarse, aunque hacen la aclaración de que “siempre debe partirse de la base de la calidad, que es la que piden los mercados”.
En el caso del mercado interno, de acuerdo con las cifras dadas a conocer por el INV, en el primer trimestre hubo un fuerte aumento y, en este caso, también se hace hincapié en la calidad.
“Ustedes lo han reflejado -dijo un bodeguero a quien esto escribe- porque han señalado que las principales empresas del mercado interno eligen las mejores muestras de vinos para llenar sus tetras. La señal de los mercados es clara. La situación se puede modificar, pero tenemos que hablar de calidad en los distintos segmentos de precios”.
Y es en este punto cuando las fuentes se refirieron a los excedentes. “El concepto de excedentes responde a una visión plana, en la que se colocan los litros de producción, comparándolos con los litros de mercado.
Pero los hechos determinan que las bodegas se están adaptando a la realidad de los mercados y están concluyendo en que el consumidor toma menos, pero de mejor calidad, incluyendo en este aspecto las distintas franjas de precios”, destacó el empresario, quien recordó que en la década de 1970-1980, se consumía mucho vino pero más homogéneo y en la actualidad el tetra sigue conformando el 45 por ciento del mercado, pero a partir de allí se van estableciendo escalones en los embotellados, que han permitido que la facturación haya crecido.
“Debemos dejar de debatir sobre el tema de los volúmenes y comenzar a hablar desde otra óptica”, se indicó, expresando la fuente que “ha crecido el mercado interno, pero de diez muestras se rechazan seis.
Así entonces, ¿hay excedentes o hay productos que no tienen mercado?”, dijo el bodeguero recordando entonces aquella afirmación de Cristina Fernández de Kirchner cuando les preguntó a los mendocinos que habían ido a verla para arreglar la situación del sector “por qué hacen un producto que la gente no consume”.
Siempre de acuerdo con ese razonamiento, las fuentes señalaron que, en este marco de situación, el Estado, en su intención de mantener el precio del vino es el que termina “comprando” en definitiva esos vinos que integran las muestras rechazadas.
“Si apostamos a la calidad, hay espacio no sólo para aumentar la salida de vinos, sino para pelearle a otras bebidas sustitutas, especialmente la cerveza, porque así lo reflejan los números”, se indicó.
Según se supo, ya se habrían producido conversaciones informales entre algunas entidades a los efectos de evitar posiciones demagógicas y ser más directos en las decisiones.
“Si el vino no está en condiciones de tener mercado, por diferentes circunstancias, tienen que ir a destilación”, sería una de las posiciones. “Esos son los vinos que ahora están generando los excedentes y que pesan en los precios”, dijo una fuente, la que agregó que deben dejarse de lado las políticas demagógicas, “porque en definitiva, en lugar de ayudarlos, le están haciendo un mal al productor, porque nunca va a cambiar”.
En relación al porcentaje a mosto, el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este estima que, con la cosecha terminada, hay algunas consideraciones que restan por resolver, destacando que hubo una producción sensiblemente menor (de 25%) de uvas criollas y cerezas y que por ese motivo no sorprende que la zona Este haya elaborado sólo un 26% de mosto en lugar de 35% fijado.
Por ese motivo califica de “exagerado” el 35% del acuerdo con San Juan, agregando que quienes no cumplieron con el porcentaje deberían inmovilizar vino, derivándolo exclusivamente a la exportación, hasta cumplir con el porcentaje. Señala entonces que en el Este se derivó 25,8% a mosto, en el Sur 18,7 por ciento y en el Valle de Uco, norte y centro sólo 11,2%.
Dice que otra salida, para compensar el mosto no elaborado sería, por ejemplo, que si las bodegas cumplen determinadas condiciones de elaboración por tipo de uvas y fraccionamiento se le asigna el cupo de mosto (expropiados a las bodegas concentradoras de mosto y a las bodegas que elaboran más de 50% a mosto).
Asegura que “cada año, los que cumplen con la pauta deben hacer el esfuerzo de elaborar más mosto para cubrir el volumen que no se cumple debido a las compensaciones y excepciones”.
Gestiones nacionales
Según se supo, continúan las tratativas de los dirigentes ante los funcionarios nacionales. Hacen hincapié en que la salida más clara e inmediata pasa por un incentivo a las exportaciones, lo que permitiría "mover" los precios inclusive en el mercado interno. "El problema es que pareciera ser que en Buenos Aires (el gobierno nacional) no hay conciencia de los plazos.
De la desocupación que puede llegar a generarse y, por ende, de una mayor inseguridad. De seguir así las cosas vamos a tener una economía de supervivencia y se van a perder muchas hectáreas de viñedos, especialmente de aquellos productores más débiles porque no pueden realizar los cambios que el mercado exige”, destacó la fuente consultada.
Por fuera del ámbito oficial y ya en el privado, la dirigente del Este, Gabriela Lizana, concurrió a la reunión de la Cámara Empresaria de la Mediana Empresa CAME) donde se debatieron los problemas de las economías regionales.
Dijo que, en general, las entidades coincidieron en plantear la necesidad de recibir compensaciones por el atraso cambiario, que resta competitividad y mercados a muchos sectores agropecuarios, porque a la caída del tipo de cambio real generada por la combinación de la alta inflación, se suman las devaluaciones de mercados como Brasil, Rusia y la zona del Euro; aliviar la carga impositiva de los pequeños y medianos productores, asegurando que la presión fiscal se duplicó en los últimos trece años y morigerar los costos de producción crecientes, que vienen subiendo muy por encima de los precios promedio de la economía.