Hace tan solo 10 años atrás tener WiFi no era para nada común. Los que tenían la suerte de tener Internet en casa conectaban el módem directamente a la PC y las cosas de alguna forma por arte de magia sucedían y podíamos navegar con normalidad.
Hoy el panorama es distinto. "¿Tenés WiFi?" es a veces lo primero que se pregunta después de decir “hola” al llegar a la casa de alguien. La popularidad de las notebooks así como la llegada de los smartphones y las tablets hicieron del WiFi un estándar obligatorio de conexión en casi cualquier hogar.
El problema es que a veces pese a que está todo lo necesario, simplemente la señal no llega más que a unos metros de dónde está el módem. Si vamos a una habitación, al patio o a la planta de arriba la conexión no está más, o si aparece Internet simplemente no anda. ¿Por qué sucede esto? ¿Cómo lo solucionamos? Vamos a explorar los consejos básicos para que saques el mejor provecho de tu conexión.