Tenía un grato recuerdo Montecaseros de la última ocasión en que se vieron las caras. Por eso el de ayer era un partido especial para ambos. Aquella vez fue triunfo blanquinegro y descenso albirrojo
. Ayer, aunque no tuvo tanto dramatismo, volvió a ser triunfo de los norteños. El 3-2 final se determinó a partir de los errores colectivos e individuales que insinuó el León a lo largo y a lo ancho de los 90’ de juego.
Ni la apertura del marcador, cuando apenas iban 2’ (grosero error de Accordino), sirvió para encarrilar el funcionamiento. Montecaseros fue creciendo con el correr del juego y San Martín, ante el primer cimbronazo, comenzó a mostrar su falta de ideas. Pelotazos frontales, escasos recursos técnicos para encontrar los caminos al gol y alarmantes errores defensivos.
Ante el 4-3-3 que planteaba Busciglio, Magistretti paró un 4-4-2 y retrocedió para romper en velocidad y sumando hombres por las bandas. Justamente desde los costados, con Persia y Herensperger, el Lobo del Norte hizo ancho el campo de juego y desarmó la poca firmeza que el León nunca alcanzó a insinuar.
El parate que impone la fecha libre será vital para que San Martín corrija errores y potencie algunas virtudes. Mientras, Montecaseros tendrá que reafirmar todo lo bueno que mostró ayer.